jueves, 31 de octubre de 2013

Mercosur tomó decisiones políticas unánimes en el frente externo

15/7/2013  |  XLV Cumbre abogó por facilitación de comercio e integración productiva
Mercosur tomó decisiones políticas unánimes en el frente externo 

El bloque regional “puso de manifiesto la capacidad de actuar en conjunto que tienen los países del MERCOSUR”, señaló el canciller uruguayo Luis Almagro, en relación con el respaldo del Mercosur al Presidente Morales; la condena de las acciones de espionaje y la defensa del derecho de asilo. Sin embargo, no se avanzó en términos operativos y de organización interna. La Cumbre se expidió por el reingreso de Paraguay el 15 de agosto y produjo una Declaración Conjunta, en la que los Presidentes del Mercosur pusieron en primer plano los problemas externos, y abogaron por avanzar, entre otros aspectos, en la facilitación del comercio intrazona, la reducción de las asimetrías, el acceso al financiamiento y la integración de las estructuras productivas.


 
 

En referencia al espionaje a los gobiernos de la región el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, afirmó: “Consideramos que ello es un hecho inadmisible y los países del MERCOSUR han rechazado esas prácticas y están dispuestos a llevar adelante estas condenas en foros multilaterales”.

Detalló asimismo que los cancilleres realizarán acciones conjuntas ante el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, con el cometido de informar sobre los hechos y solicitar mecanismos de prevención y sanción a nivel multilateral en la materia. Almagro agregó que también se realizará un planteo en la próxima Asamblea General de la ONU.

Aseguró que el MERCOSUR procura crear un grupo de trabajo sobre seguridad y telecomunicaciones que analizará la seguridad de archivos informáticos o el uso de internet.

En otro orden, el canciller destacó el respaldo otorgado al Presidente de Bolivia, Evo Morales, a quien se le había impedido sobrevolar y aterrizar en Francia, Portugal, España e Italia. Destacó que se tomaron medidas concretas, tales como citar a los embajadores de España, Francia, Italia y Portugal acreditados en los países del MERCOSUR o convocar en consulta a los embajadores acreditados en los países europeos involucrados.

Por otra parte, Almagro detalló que a partir del próximo 15 de agosto se levantará la suspensión a la República de Paraguay, lo cual posibilitará que participe en los órganos del MERCOSUR y de sus deliberaciones. Precisó que desde esa fecha en adelante los motivos por las cuales se propuso la suspensión terminan. “Hay nuevamente un Gobierno electo por el pueblo”, sentenció.

El ministro informó que el MERCOSUR coordinará el uso compartido de oficinas de promoción comercial, aprovechando capacidades edilicias que muchos Estados tienen. “Por ejemplo, Uruguay podrá usar las múltiples embajadas que tiene en Brasil con funcionarios y equipos para promover productos uruguayos".

“Creo que son temas relevantes y de una enorme trascendencia política y ustedes saben que han tenido una enorme difusión pública y el MERCOSUR los ha asumido con mucha naturalidad”, enfatizó el canciller, de acuerdo con la Secretaría de Comunicación.

En respuesta al anuncio del Mercosur en relación con el cese de la suspensión de Paraguay, resuelta en junio de 2012, cuando asuma el 15 de agosto el nuevo gobierno de ese país encabezado por Horacio Cartes, el primer mandatario rechazó esa posibilidad, alegando que la entrada de Venezuela al bloque no se ajustó a tratados internacionales. “Las características jurídicas del ingreso de Venezuela como miembro pleno al Mercosur, en julio del 2012, no han sido subsanadas conforme a las normas legales", señaló Cartes en un comunicado. Más tarde, el viernes se comprometió en continuar las negociaciones. "Nosotros nos vamos a cesar la búsqueda de las buenas relaciones.

Al momento de ser suspendido del Mercosur, el congreso de Paraguay no había aún aprobado el ingreso de Venezuela al bloque regional y se resistía a hacerlo alegando razones políticas.

El presidente electo paraguayo advirtió que "un hecho fundamental de la política internacional es la vigencia del derecho Internacional. La política no es fuerza ni arbitrio. Tampoco legitima cualesquiera hechos y procedimientos que se aparten del derecho". Cartes resaltó el reconocimiento por los presidentes de la región en la cumbre de Montevideo, de las elecciones que lo eligieron democráticamente el 21 de abril pasado como jefe de Estado.

A su turno, el ministro de Relaciones Exteriores, José Félix Fernández, dijo que con la decisión de entregar la presidencia pro témpore al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, "le cerraron las puertas a Paraguay".

En Montevideo, Maduro aseguró que el Mercosur tiene como tarea "inmediata" reincorporar a Paraguay "como miembro activo", al manifestar la "mejor voluntad" para superar los problemas con Asunción.
El canciller del país anfitrión añadió por su parte que el bloque consideró "cumplidos los requisitos (...) sobre compromiso democrático a partir del próximo 15 de agosto".

El ministro de Relaciones Exteriores argentino Héctor Timerman señaló más tarde al periodismo que "Paraguay va a volver al Mercosur", pero advirtió: "La vuelta implica la aceptación de todo lo que hemos hecho hasta ahora", en clara alusión al ingreso de Venezuela al grupo como miembro pleno.

El presidente de Uruguay, José Mujica, transfirió la presidencia pro tempore al primer mandatario de Venezuela el viernes por la tarde, lo que significó la primera vez desde que ingresó al grupo sureño como miembro pleno en julio del año pasado que Venezuela ocupa la máxima posición de coordinación del bloque.

"La toma de posesión de Cartes es motivo de mucha esperanza y expectativa. Paraguay, y el pueblo paraguayo, son partes esenciales del destino del Mercosur. Queremos tenerlos de vuelta", expresó de su lado la presidenta brasileña, Dilma Rousseff. La tarea de reincorporar a Paraguay necesita de "mucha determinación para asegurar que (...) vuelva al Mercosur", dijo.

Sin embargo, hasta el momento el bloque no presentó soluciones posibles a las diferencias de postura con Cartes, que permitan entrever una salida al diferendo.

En su declaración conjunta, los presidentes del Mercosur y Estados asociados se limitaron a manifestar "su satisfacción por el proceso electoral llevado a cabo en Paraguay, y saludaron al presidente electo de la República del Paraguay Horacio Cartes y al pueblo de este país, augurándole una excelente gestión".


Dura posición frente a Europa

Los presidentes del Mercosur se plantaron el viernes frente a Europa para exigir explicaciones y disculpas públicas por el cierre del espacio aéreo al avión de Evo Morales, y consideraron que es tiempo de marcar límites a Estados Unidos por su espionaje en la región.

Los presidentes de Argentina, Brasil, Venezuela y Uruguay -con Bolivia en proceso de adhesión- decidieron "convocar en consulta" a sus embajadores en España, Francia, Italia y Portugal, países que impidieron la semana pasada el uso de su espacio aéreo al avión presidencial del boliviano Evo Morales, indicaron en una decisión conjunta.

Asimismo, citarán a los representantes de los cuatro países europeos en sus territorios para informarles de la decisión. Presentarán además "una nota formal de protesta a cada uno de esos países demandando explicaciones y las correspondientes excusas" por lo ocurrido con Morales.

La semana pasada estos países impidieron que el avión de Morales sobrevolara sus territorios por sospechas de que transportaba al informático Edward Snowden, requerido por Estados Unidos bajo cargos de espionaje por filtrar información de inteligencia a la prensa.

En ese marco, los mandatarios reafirmaron "el derecho inalienable de todo Estado de conceder asilo", derecho que "no debe ser restringido ni limitado". "Es fundamental asegurar que sea garantizado el derecho de los asilados de transitar con seguridad hasta el país que ha concedido asilo", añadieron, rechazando "todo intento de presión, hostigamiento o criminalización de un Estado o de terceros" sobre la decisión de conceder este estatuto.

La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, criticó de su lado el espionaje estadounidense, del que su país es blanco según denuncias del diario O Globo, y dijo que estos episodios son "un momento para marcar un límite por parte del Mercosur" a esas prácticas norteamericanas. Anunciaron además que promoverán "en las instancias multilaterales pertinentes la adopción de normas relativas a la regulación de internet, con énfasis en los aspectos de seguridad cibernética", para garantizar la protección de las comunicaciones y preservar la soberanía de Estados e individuos.

Además de representantes de los países asociados al bloque -Chile, Colombia, Ecuador y Perú-, al encuentro asistió como invitado el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, y delegaciones de todos los países centroamericanos, además de Guyana y Surinam, que firmaron el jueves acuerdos marco de asociación estratégica con Mercosur, según señala Adinet.

De esta forma, el Mercosur tiene ahora acuerdos en el plano comercial con todos los países de Sudamérica.

En ese marco, el presidente uruguayo, José Mujica, defendió el proceso del Mercosur, pese a sus "fallas y errores", indicando que el desafío es formar "un gigantesco espacio común".


Texto Comunicado Conjunto de los Presidentes de los Estados Partes del Mercosur

Comunicado XLV Cumbre del Mercosur.doc


[mercosurabc]

Una nueva Cumbre del MERCOSUR: ¿hacia un foro político?

15/7/2013  |  Por Ignacio Bartesaghi 
Una nueva Cumbre del MERCOSUR: ¿hacia un foro político?

El viernes 12 de julio de 2013, se realizó en Montevideo una nueva Cumbre del Mercosur, que contó con la participación de todos los presidentes del bloque a excepción de Paraguay, que continúa suspendido. 


La XLV Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC) aprobó un total de 15 normas, uno de los niveles de aprobación más bajos de los últimos años. El resultado en cuanto a su contenido no es mucho mejor, ocupándose las decisiones de aspectos más bien institucionales, pero en ningún caso, considerando aquellos asuntos de fondo que están afectando el desarrollo del proceso de integración.
En efecto, solo a modo de ejemplo, el capítulo sobre la evaluación general del Mercosur disponible en el acta de la XLV Reunión Ordinaria del CMC, confirma la aseveración anterior. En su desarrollo, se establece que el avance del Mercosur en su relacionamiento externo (este debería ser uno de los temas centrales de la agenda si se tiene en cuenta la dinámica internacional en este campo) fue la firma de un Acuerdo Marco de Asociación con Guyana y Surinam, otro convenio que se suma a la ya larga lista de acuerdos sin impactos ciertos en términos económicos.

Más allá del debate generado en cuanto a si el Mercosur es un acuerdo político o económico, parece claro que un proceso de integración de la profundidad pretendida por el Mercosur (un mercado común), necesariamente tiene que contar con un componente político. Además, es esperable y valorable que los presidentes de una misma región dispongan de la posibilidad de intercambiar opiniones en encuentros regulares como los asentidos por las Cumbres del Mercosur o de la UNASUR, de los cuales naturalmente deberán emerger declaraciones que atiendan y velen por los intereses de cualquier país de la región.

El problema se presenta cuando existe un desbalance entre lo político y lo económico, ocupando lo político todos los espacios de la agenda del bloque y prácticamente desconociendo la importancia de lo económico, o lo que es peor, omitiendo aquellos temas pendientes o dificultades que en última instancia terminan afectando a todos los ciudadanos del Mercosur, debiendo ser éstos, los principales beneficiados por el fenómeno de la integración.

Al respecto, desde la Cumbre de San Juan del año 2010, quizás la última donde se aprobaron normas de significación económica (con la posible excepción del impacto económico que puede traer aparejado el ingreso de Venezuela al Mercosur), si bien las mismas siguen sin implementarse, el bloque no ha avanzado en los temas centrales en consonancia con su deseada profundización.

En contrapartida, las decisiones políticas han marcado el desarrollo del bloque en los últimos años, incluso superando las barreras jurídicas que todos los miembros deberían respetar, pero especialmente los más pequeños. La modalidad en que se concretó el ingreso de Venezuela al Mercosur es un buen ejemplo de lo comentado, afectando la credibilidad del bloque en cuanto al respeto de sus normas y confirmando el desbalance entre los dos pilares ya comentado.

Parece ser, que los presidentes del Mercosur sin excepción, visualizan al proceso como un foro político y ya no más como un proceso de integración, aspecto que se hace evidente desde el momento en que las dificultades entre los socios se resuelven de forma bilateral, o cuando la posible profundización de las normas comunitarias acordadas entre los miembros, también se plantean en clave bilateral.

A futuro, el proceso de integración seguirá demandando decisiones políticas, ya que ese será el único camino posible para remediar la situación jurídica generada por las normas aprobadas en el período de suspensión de Paraguay, algunas de ellas, de alta significación como lo fue el ingreso de Venezuela al bloque o la aprobación del Protocolo de Adhesión de Bolivia como miembro pleno del Mercosur.

A esta altura, es más que necesario el pronto regreso de Paraguay al Mercosur y la convalidación de las normas aprobadas durante su suspensión.

Ahora bien, luego de alcanzar ese escenario, es deseable que la relación entre el enfoque político y económico vuelva a su justo equilibrio, ocupando este último, el lugar que indican las normas originarias y los objetivos fundacionales -muchos aún por alcanzarse- del bloque. Pero muy especialmente, cabe reflexionar sobre la importancia de respetar las normas jurídicas, que voluntaria y legítimamente, fueron aprobadas por los mismos socios que tiempo después optaron por desconocerlas.

De no seguirse dicho camino, se estaría confirmando la desnaturalización del Mercosur como proceso de integración, y serían firmes los pasos hacia la creación de un nuevo foro político de nombre “MERCUNASUR”.


[mercosurabc]

Cumbre Mercosur Social

15/7/2013  |  Reclamó incorporar actores sociales para avanzar en integración y complementación productiva
Cumbre Mercosur Social

Con la presencia del canciller Luis Almagro se cerró la cumbre del MERCOSUR Social que contó con representantes de ministerios del área social y de organizaciones sociales y sindicales. 


 
 
El jefe diplomático sostuvo que esta cumbre es un motor esencial en los avances hacia la manifestación profunda e inclusiva de todos los sectores de las naciones hermanas, además de un espacio para la reflexión conjunta y la construcción de conciencia.

Durante el cierre de la XV Cumbre Social del MERCOSUR, Almagro reconoció la presencia de las delegaciones de todos los países, en especial de la República de Paraguay que continuó participando de las reuniones técnicas y de la República Bolivariana de Venezuela que el viernes 12 tomó por primera vez la Presidencia Pro Tempore del MERCOSUR.

Resaltó que la participación social en el proceso de integración adquiere fundamental relevancia y que este tipo de cumbre debe aportar a la construcción de conciencia de cada uno de los pueblos y de la visión general de patria grande. “Ese espíritu libertario de la patria grande que viene del fondo de la historia y que en cada una de las acciones de nuestro gobiernos pretenden recrear”.

Ante la preocupación de las organizaciones sociales por los hechos que afectaron al Presidente, Evo Morales, en Europa, con el cierre del espacio aéreo para el avión presidencial, Almagro, sostuvo que la garantía de inmunidad de un Jefe de estado es una garantía de inmunidad a los pueblos. “Cuando el mínimo derecho se viola de uno de nuestros jefes de estado es una ofensa a todos nosotros, es una ofensa a la patria grande”, subrayó.


Aportes de las organizaciones de la sociedad civil


Por su parte, las organizaciones sociales, sindicales y populares manifestaron en su declaración la necesidad de profundizar la integración regional en América del Sur, evento en el que el MERCOSUR es parte fundamental para lograr ese objetivo.

Denunciaron una “fuerte contraofensiva del imperialismo para recuperar posiciones en América Latina y el Caribe” que tiene como factor común la imposición a algunos de los gobiernos latinoamericanos de la llamada Alianza del Pacífico que busca reinstalar la filosofía neoliberal del ALCA. En ese sentido, rechazaron la idea impulsada por sectores conservadores de que la Alianza del Pacífico sea un proceso de integración regional.

Ante los hechos que afectaron la seguridad personal del Presidente Evo Morales y su comitiva, instaron a los jefes de estado del MERCOSUR a interrumpir el proceso de cumbres iberoamericanas que impulsan España y Portugal hasta que lleguen las explicaciones demandadas en la Declaración de Cochabamba.

Manifestaron su compromiso para colaborar con la Presidencia Pro Témpore por parte de Venezuela, con el objetivo de avanzar en la profundización del MERCOSUR para el desarrollo efectivo de los estados. Las organizaciones expresaron que es imprescindible la incorporación de los actores sociales para consolidar avances acordados en materia de integración y complementación productiva. En tal sentido, consideraron que los gobiernos deben aprobar las medidas necesarias para que el FOCEM se transforme en una herramienta para la complementación productiva y la inclusión social de los países del MERCOSUR, según la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de la República.

La agenda comercial externa del Mercosur

15/7/2013  |  Requerimientos de las futuras negociaciones internacionales
La agenda comercial externa del Mercosur

Con quién, cómo, con qué alcance y en qué plazos se aspira a entablar negociaciones comerciales externas, es uno de los elementos centrales de la agenda comercial externa de un grupo de países que comparten un proceso de integración, tal el caso del Mercosur. Implica enviar señales a los otros países sobre sus preferencias y prioridades, señala Félix Peña (*) en su trabajo del mes de julio. 


 
 
Especialmente a aquellos con los cuáles se aspira a negociar. Y significa, sobre todo, orientar a inversores propios y ajenos sobre el futuro que se imagina para su comercio de bienes y de servicios, y para sus inversiones productivas. Es un elemento de previsibilidad.

Todo ello es más importante cuando se observa que muchos de los actuales y potenciales socios o competidores del Mercosur y de sus países miembros, tienden a replantearse sus propias agendas de negociaciones comerciales externas, especialmente como resultante de los cambios internacionales que se están produciendo en tres planos muy relacionados entre sí. Ellos son: el del sistema comercial multilateral institucionalizado en la OMC; el de las negociaciones de mega-acuerdos comerciales preferenciales, incluso de alcance inter-regional, y el de las múltiples modalidades de encadenamientos productivos transnacionales con alcance global y, a veces, sólo regional o inter-regional.

En tres informes recientes producidos por instituciones empresarias del Brasil, se observa el planteamiento del requerimiento de flexibilidad en los acuerdos que se negocien, por ejemplo, entre el Mercosur y la UE. La idea sería alcanzar la flexibilización en el marco de un acuerdo “paraguas”, en el que se contemple una red con múltiples velocidades de desgravación arancelaria y también geometrías variables en los compromisos en temas no arancelarios, como son los marcos regulatorios del comercio y de las inversiones.

Sin embargo una figura presente en uno de estos informes brinda opciones más interesantes que conviene explorar en el debate que de hecho han instalado las instituciones empresarias brasileras. Tales opciones son tres: la de la implementación gradual de las medidas negociadas; la de salvaguardias transitorias generales, especiales y sectoriales, y la de mecanismos de entrenamiento y reubicación profesional Incluir este tipo de medidas en el acuerdo bi-regional permitiría contemplar eventuales situaciones específicas, derivadas de disparidades resultantes de asimetrías de desarrollo económico existentes tanto en el interior del Mercosur como con respecto a los países de la UE.

Tal como sucede con las personas, las empresas o las instituciones, un grupo de países que se vinculan en un proceso de integración, especialmente si incluye un arancel externo común como un elemento central de sus disciplinas colectivas, tiene que tener una agenda para su relacionamiento comercial externo. O al menos así conviene que sea. En ella se suelen definir prioridades, frentes de acción, pasos a dar, en lo posible, un cronograma. En los tiempos modernos, lo normal sería que tal agenda pudiera ser consultada por los ciudadanos en las respectivas páginas Web. No siempre eso es así. Si se trata de una asociación de países, tal el caso del Mercosur, la agenda externa define la hoja de ruta para su posible, necesaria o deseada inserción comercial en el mundo y en su región.

Con quién, cómo, con qué alcance y en qué plazos se aspira a entablar negociaciones comerciales externas, es uno de los elementos centrales de cualquier agenda comercial externa de un grupo de países que comparten un proceso de integración. Implica enviar señales a los otros países sobre sus preferencias y prioridades. Especialmente a aquellos con los cuáles se aspira a negociar. Y significa, sobre todo, orientar a inversores propios y ajenos sobre el futuro que se imagina para su comercio de bienes y de servicios, y para inversiones productivas que generen empleo y bienestar. Es un elemento de previsibilidad.

Por todo ello, es más que conveniente que tal agenda comercial externa sea la resultante, en cada país miembro, de consultas intensas con los sectores de la producción, del trabajo y del consumo. Incluso de iniciativas que provengan de cada uno de los distintos sectores. Y lo óptimo suele ser que la agenda que se defina haya sido objeto de debate en los respectivos Parlamentos. El que trascienda de los niveles burocráticos, hace a su legitimidad social.

Todo ello es más importante aún en un mundo que se ha vuelto más complejo, diverso y dinámico. Y también lo es cuando se observa que muchos de los actuales y potenciales socios o competidores del Mercosur y de sus países miembros, tienden a replantearse sus propias agendas de negociaciones comerciales externas, especialmente como resultante de los cambios internacionales que se están produciendo en tres planos muy relacionados entre sí.

El primero de los tres planos es el del sistema comercial multilateral institucionalizado en la OMC. Al respecto el estancamiento de la Rueda Doha evidencia dificultades en relación a una de sus funciones principales, que es precisamente la de facilitar negociaciones comerciales que abarquen a todos sus países miembros. Son dificultades que están nutriendo tendencias por parte de algunos de sus principales países miembros –por su grado de desarrollo económico y por su incidencia en los flujos de comercio e inversión en el plano global- a fugarse hacia otros ámbitos de negociaciones que les permitan profundizar los compromisos asumidos hasta el presente en el ámbito de la OMC. En algunos casos serviría como excusa para justificar tales fugas. Son tendencias que de concretarse en acuerdos firmes podrían traducirse en la fragmentación y eventualmente quiebra del sistema comercial multilateral, o al menos en la erosión de la eficacia de algunas de sus otras funciones, tal como la de la solución de diferendos comerciales.

El segundo plano es el de las negociaciones de mega-acuerdos comerciales preferenciales, incluso de alcance inter-regional. Las tres principales negociaciones en curso, son las del Trans-Pacific Partnership (TPP), del Transatlantic Trade and Investment Partnership (TATIP), y del Regional Comprehensive Economic Partnership (RECEP). A ellas deben sumarse, por su magnitud y relevancia comercial, otras como las que desarrolla la Unión Europea (UE) con la India y con el Mercosur, suponiendo de que en ambos casos finalmente se superen las actuales incertidumbres. Son negociaciones comerciales que en su conjunto cubrirían con reglas preferenciales –no necesariamente extensibles a otros países- una parte sustancial de la población, del producto bruto y del comercio mundial.

Difícil prever aún si tales negociaciones culminarán en acuerdos firmados y ratificados por los países participantes. El precedente de las negociaciones fracasadas entre los países del sistema interamericano –las del ALCA-, indican que más allá de las expectativas que puedan generarse, incluso utilizando una buena dosis de “diplomacia mediática” con todo tipo de “efectos especiales” no siempre ellas concluyen en la firma de un acuerdo. Y el precedente de la Carta de la Habana en 1948, de la cual surgió la Organización Internacional del Comercio (OIC) permite asimismo recordar que aún cuando las negociaciones concluyan con éxito, no siempre pasan luego el test de su aprobación parlamentaria y, por ende, de su ratificación y entrada en vigencia.

Pero si finalmente concluyeran y los respectivos acuerdos entraran en vigencia, podrían producir dos tipos de resultados. Incluso ellos pueden ser secuenciales. Uno sería un fuerte vaciamiento del sistema multilateral con las consecuencias que puede tener en términos de erosión de una institución relevante para la gobernanza global tal como lo es la OMC. Es decir que sus impactos trascenderían, en tal caso, el plano más limitado del comercio mundial. El otro sería el que los citados acuerdos podrían generar estándares de compromisos en materia de regulación del comercio global de bienes y de servicios, así como, entre otras, de las inversiones, la propiedad intelectual, y las compras gubernamentales, que luego se procuraría extenderlos al plano multilateral. En la práctica implicarían marginalizar países que no participan en tales acuerdos, del proceso de definición de reglas e instituciones que en el futuro regularán el comercio mundial. Y es difícil imaginar que los países excluidos, especialmente si tienen o aspiran a tener una participación relevante en el comercio mundial, acepten pasivamente tal marginalización.

Y el tercer plano es el de las múltiples modalidades de encadenamientos productivos transnacionales con alcance global y, a veces, sólo regional o inter-regional. En el glosario de la diplomacia comercial actual se las encapsula en el concepto de cadenas globales de valor. A veces ellas son resultantes de la fragmentación en distintos países de la producción de grandes empresas transnacionales, con su lógica incidencia en los flujos de inversión y en los servicios de distribución, transporte y logística. Pero también resultan de la articulación transfronteriza de grupos de empresas –muchas veces pequeñas y medianas- con nichos de especialización y con fuerte potencial de complementación. En tal caso, pueden ser la resultante de estrategias de integración productiva desarrolladas por un grupo de países, tal como se ha intentado hacer en el Mercosur y antes en el viejo Grupo Andino.

Los desarrollos recientes en estos tres planos han tenido repercusiones en América Latina y, en especial, en el espacio regional sudamericano. Por un lado, por los avances aún difíciles de precisar en sus verdaderos alcances prácticos -es decir de aquellos que trasciendan los efectos de corto plazo del juego mediático- que se estarían produciendo en el desarrollo de la Alianza del Pacífico. Por otro lado, en el debate que se está instalando en países del Mercosur sobre cómo encarar las nuevas realidades del comercio y de las negociaciones comerciales internacionales.


Versión completa: www.felixpena.com.ar