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9/11/2012 | Carlos Raimundi América latina en busca de su autonomía La experiencia de los gobiernos populares en Sudamérica da cuenta de cómo, en un incipiente escenario internacional multipolar, la intervención estatal, lejos de perjudicar la integración regional, la potencia, logrando crecientes niveles de autonomía y recuperación de soberanía. La región debe profundizar las actuales experiencias de inclusión social y multiculturalidad, de cambio de patrón distributivo y de inversión, e inclusive revisar la utilidad o no que le han deparado las instituciones liberales anglosajonas y eurocéntricas, pero en paz.
Para contextualizar el presente proceso de integración sudamericana conviene hacer un previo repaso del marco internacional. En vísperas de nuevos comicios presidenciales, los Estados Unidos conservan su liderazgo planetario en términos de su PBI, el dólar sigue siendo la principal moneda de intercambio internacional, son los primeros inversores a nivel mundial y, en términos de defensa, concentran un presupuesto superior a la suma de los presupuestos de defensa del resto de los países. Más allá de quién resulte triunfador en las elecciones del primer martes de noviembre, su vocación imperialista está intacta, lo que no es un dato menor para la realidad sudamericana. No obstante, los últimos años deparan la aparición de nuevos actores globales, como China, que se debate entre su enfrentamiento geopolítico y comercial con los Estados Unidos, y su interdependencia financiera. Rusia, por su parte, consolida su recuperación económica bajo las reglas del capitalismo, pero retorna a posiciones francamente contrarias a los Estados Unidos en el tablero internacional, revigorizando, así, su histórica tradición hegemónica, sostenida por su poderío militar y energético. En el marco de los Acuerdos de Shanghai que tiene rubricados con China, Rusia confronta con las posiciones de los Estados Unidos y sus aliados en el Consejo de Seguridad de la ONU, respecto de la situación de África y Medio Oriente. Es precisamente en Oriente Medio donde los Estados Unidos no logran un predominio definitivo de la mano de sus acuerdos con Israel y Arabia Saudita. Los cambios de régimen en importantes países como Egipto y Libia no han pacificado a la región, ni se ha logrado suplantar al gobierno sirio de Bashar al-Assad, como corolario de la falsamente denominada “primavera árabe”, como si se tratara de grandes rebeliones populares democráticas, cuando en realidad constituyen un intento de desalojar a los actuales regímenes nacionalistas para apropiarse del petróleo y los gasoductos que se dirigen a Europa. He dejado para el último tramo de este rápido repaso una referencia breve a la situación de Europa. La crisis que atraviesa el viejo continente, y que se expresa en fuertes recortes a los derechos sociales ganados en el esplendor del Estado de Bienestar, habla claramente de cómo el paroxismo inherente al capitalismo financiero, en su lógica extrema de maximización de la renta, ya no sólo hace pagar la crisis a los pueblos subdesarrollados, sino que se ensaña con las áreas más desarrolladas del globo. Esto, junto con los daños ambientales al planeta y la escasez de energía, pone al capitalismo financiero, vencedor en la década de los setenta de la disputa por el excedente económico de posguerra y el diseño de los modelos de ajuste sobrevinientes, en un punto cercano a su agotamiento histórico. En este contexto, América del Sur aparece como la única región del planeta, tal vez asimilable a Australia, capaz de encarar una agenda positiva, dotada de cambios, que, de consolidarse, podrían adquirir el rango de estructurales, en términos de recuperación del Estado en manos de líderes y militancia de fuerte arraigo popular, y compromiso con las mayorías históricamente sumergidas del continente. En términos de políticas económicas, estas se orientan hacia una creciente autonomía financiera respecto de los organismos internacionales de crédito, un crecimiento basado en el mercado interno y la incorporación de franjas sociales históricamente empobrecidas a los distintos niveles de consumo, en el marco de una mayor integración productiva, en infraestructura y comercial. También sobresale la posición sudamericana respecto de los daños ambientales, en rechazo a la intención del norte desarrollado de compensar económicamente la depredación ambiental que ejercen y la no reducción de sus emanaciones tóxicas. Es decir, América del Sur no ha convalidado el modelo de la depredación, ni la acumulación financiera que supone el acopio de dólares para cumplir con las compensaciones prometidas. La decisión estratégica de la paz Y aquí se inscribe la decisión estratégica de la paz. Otras regiones comparten con América latina la tenencia de recursos estratégicos. Tal el caso de África subecuatorial en materia de biodiversidad o de Medio Oriente en términos de petróleo. La diferencia reside en que la primera carece del necesario poder estatal para organizar a sus sociedades, que se debaten entre las empresas depredadoras de metales preciosos y las guerras intertribales, y Oriente Medio padece conflictos étnicos, religiosos y políticos, en tanto América del Sur resuelve sus conflictos en términos de autonomía política y de paz. La paz adquiere un valor no únicamente ético, sino estratégico y político, en tanto le permite priorizar la integración en defensa de sus recursos naturales, y no disipar sus divisas en guerras que sólo benefician al imperio y a quienes fabrican y comercian las armas. Así como el desendeudamiento de la región puso en discusión el mito fundante de que quien se aparta del sistema financiero globalizado está condenado a desaparecer, así también estamos quebrantando otro mito fundador: el que dice que la integración sólo es posible a partir de la pura liberalización de los mercados. Con la actual experiencia de los gobiernos populares en Sudamérica, se demuestra que la creciente intervención estatal en los procesos económicos no sólo no perjudica la integración sino que la fortalece en términos políticos y de diversificación productiva. Un tema pendiente es, que, a partir de la importancia de China como desafiante de los Estados Unidos, no se reproduzca con ese país la relación centro-periferia que tuvimos respecto de España, Gran Bretaña y los Estados Unidos a lo largo de los dos últimos siglos. Para ello, una integración basada en la diversificación de nuestras matrices de producción, comercialización y exportaciones, constituye un pilar para no hacer depender nuestro crecimiento sólo de los altos precios internacionales de nuestros productos primarios, de modo de no repetir nuestra condición de meros proveedores de materias primas, en una nueva edición de la división internacional del trabajo. Unidad y autonomía para la defensa de los recursos naturales América latina está felizmente dotada de aquellos recursos estratégicos que en el planeta resultan insuficientes: energía y combustibles tradicionales y alternativos, agua potable, biodiversidad. Pero con un extra sobre otras regiones que también los poseen: no estamos en presencia –hasta ahora– de conflictos étnicos, religiosos o sociales de tal radicalidad que distorsionen el carácter prioritario de aquellos recursos. Para preservarnos de ello la Unasur es una herramienta fundamental, no sólo por concretar simbólicamente la aspiración bolivariana, sino por su potencial político. El Banco del Sur; el Consejo Regional de Defensa, direccionado hacia áreas estratégicas como la Amazonia (biodiversidad), la Andina (minerales), la Platina (agua dulce) y la Atlántica (petróleo); las cumbres presidenciales y, como está visto, las mediaciones personales e institucionales, constituyen pilares esenciales para la unidad y la autonomía de la región. Desde el momento en que Unasur (incluyo el proyecto CELAC –Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe sin los Estados Unidos y Canadá–) salvaguardó a Evo Morales del golpismo, resistió la instalación de las bases militares estadounidenses y cuestiona la presencia de la Cuarta Flota, se erige como un freno a la incursión neocolonialista: ergo, la pretensión original del ex presidente Uribe, cabeza de playa de los Estados Unidos en el continente, intentó hacer todo lo posible para que las gestiones de Unasur aparecieran como un fracaso. Y no pocos actores internos de la Argentina apostaron a ello a través de sus presagios apocalípticos. A la consigna histórica “dividir para reinar”, América del Sur está respondiendo con unidad y autonomía. Con inteligencia y decisión política, y no sin dificultades, cada uno de nuestros pueblos está sorteando la abrumadora presión a la que las corporaciones estuvieron hasta ahora tan habituadas, se trate de cúpulas financieras, terratenientes, mediáticas o eclesiásticas. Con la misma decisión, la unión de esos mismos pueblos acaba de dar un valorable paso frente al ancestral acoso del colonialismo: eligiendo la paz frente al señuelo de una posible intervención militar, y la unidad en autonomía, frente al tutelaje histórico de la superpotencia. De aquí la importancia de que los gobiernos constitucionales del subcontinente hayan encarado con un éxito, al menos ponderable, los retos a la democracia y a la paz en Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela. Porque en el caso de no sortearlos en términos políticos, es decir, pacíficamente, facilitaría la injerencia militar de potencias extrarregionales. Y eso es lo que algunos factores de poder están buscando, como un renovado instrumento de control y disciplinamiento de sesgo colonial. Imaginemos cuál sería la situación actual del subcontinente si nuestras economías hubieran quedado atadas a las economías centrales a través del ALCA, en lugar de habernos negado a su constitución en nombre de una política soberana en la cumbre hemisférica de Mar del Plata, en noviembre de 2005. Imaginemos qué hubiera pasado en la Argentina si en lugar de haberse recuperado los recursos previsionales como herramienta de financiación de políticas públicas, ellos permanecieran aún en manos de los grupos financieros internacionales que acaban de desplomarse. Son estos caminos de autonomía política los que representan un impulso para afrontar con esperanza y con soberanía los desafíos de la etapa. No ya sólo por los parlamentos, sino básicamente por nuestros pueblos. O, más bien, llenando de pueblo a nuestros parlamentos. Para continuar en defensa de la riqueza de este momento sudamericano, tomemos el ejemplo de algunas instituciones impulsadas por la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), como el Banco del Sur, la coordinación de políticas monetarias y cambiarias, la integración energética, el Consejo de Defensa Regional que tiene como principal “hipótesis de conflicto” la preservación de nuestro patrimonio ambiental. El Banco del Sur, al cual acaba de adherir por ley la Argentina, expresa este proceso de autonomía y descolonización. A diferencia de otros momentos, no se trata de un acto voluntarista reducido a expresar nuestro histórico “sueño bolivariano”, sino que forma parte de un conjunto de decisiones políticas, económicas y culturales que le dan consistencia. Consecuentes con su reclamo de cambio en los organismos financieros multilaterales como el FMI y el Banco Mundial, los países de la Unasur han organizado el Banco del Sur bajo tres parámetros tan novedosos como democratizadores. La integración de capital será directamente proporcional a la riqueza del aportante; el acceso al crédito será, en cambio, inversamente proporcional a esa riqueza, y “un país, un voto”, sin tener en cuenta su tamaño. Las sucesivas posturas de la Unasur para defender los gobiernos populares de Bolivia y Ecuador de sendos intentos de golpe. Para encauzar pacíficamente un grave conflicto, como el que tuvo lugar cuando el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, violó la soberanía aérea de Ecuador. Un conjunto de decisiones económicas como el desendeudamiento, la acumulación de reservas, la coordinación de políticas monetarias, el alejamiento progresivo del dólar como moneda central de nuestras transacciones intrazona. En definitiva, un conjunto de decisiones históricas, como el Consejo de Defensa Regional, que en lugar de situar a nuestras fuerzas armadas en el tradicional plano del despliegue de armamentos, las involucra en la protección de nuestros recursos naturales en áreas estratégicas como la Amazonia para la biodiversidad, la zona andina para los minerales, el área del Plata para el agua potable, y el Atlántico para el petróleo. O como el desarrollo de obras de infraestructura para el aprovechamiento de esos mismos recursos para nuestro progreso, en reemplazo de largos siglos de depredación. Repensar nuestro sistema institucional América latina está dando pasos históricos en dirección a su autonomía. Ayudan a ello su situación económica y la voluntad política, aun con matices, de la mayoría de sus gobernantes. Por eso no hay que permitir que se instale como problema central la falsa división entre presuntos “institucionalistas prolijos” dignos de todo elogio por los bienpensantes de siempre, como podrían ser Lula o Mujica (o Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en su momento), y “populistas anacrónicos” como Chávez y Evo Morales, entre quienes les conviene incluir también a Cristina Kirchner y Correa. América del Sur afronta una oportunidad inmejorable de ir rompiendo ciertas cadenas históricas de colonialismo, y para ello es necesario pensar, además, en el rediseño de todo nuestro sistema institucional. Lejos de ser una conclusión cerrada, el debate acerca de los desafíos de la región está abierto. Es importante partir de la base de que provenimos de una sociología muy particular, con una fuerte impronta hispana, pero también indígena, y una marcada influencia de los intereses británicos; y a esa sociología fuertemente impregnada de mestizaje, indigenismo y multiculturalidad, dominada y sojuzgada, se le impuso una religión, se le saquearon grandes riquezas, se le pretendieron arrasar ciudades, costumbres, culturas autóctonas, y se le injertó, hace dos siglos, un sistema de instituciones liberales de origen eurocéntrico y anglosajón. En nuestros tiempos, los sudamericanos estamos notando que en enormes tramos de nuestra historia esas instituciones liberales intermediaron mucho más a favor de los poderes establecidos que de los sectores populares. El reciente golpe parlamentario del Paraguay patentiza esta reflexión. Y por eso hemos comenzado a repensarlas. Incluso, en los últimos tiempos, esta interpretación de las instituciones liberales puras también podría resultar válida para algunas sociedades europeas, más desarrolladas, con mayor grado de cohesión social. Casos donde, aun contando con sistemas políticos “estables”, parlamentos activos y partidos consolidados, la mediación institucional no pudo evitar la aplicación de fuertes ajustes sin brindar a los pueblos que los padecen ninguna instancia de consulta, mucho menos de decisión. En mi opinión, la región debe profundizar las actuales experiencias de inclusión social y multiculturalidad, de cambio de patrón distributivo y de inversión, e inclusive revisar la utilidad o no que le han deparado las instituciones liberales anglosajonas y eurocéntricas. Pero en paz. Los odios y las consecuencias de un enfrentamiento que vaya más allá de lo político pueden ser irreparables por décadas y dilapidar la presente oportunidad. El golpe institucional en Paraguay El golpe perpetrado por la corporación política de Paraguay, en connivencia con los grupos de poder oligárquico, fundamentalmente terratenientes, se inscribe en esta disputa de hegemonía regional. Los gobiernos populares del Mercosur y la Unasur suspendieron transitoriamente la participación del Paraguay en esos organismos, hasta que se repare la anomalía institucional. Sin embargo, los Estados Unidos, el Vaticano, el gobierno de derecha español y la Alemania de Angela Merkel fueron los primeros en reconocer al nuevo e ilegítimo gobierno. En el caso del Mercosur, de fuerte sello comercial, Paraguay se siente desobligado de sus compromisos, y liberado, por lo tanto, no sólo para establecer con los Estados Unidos acuerdos de libre comercio, sino también para permitir la instalación de bases, el ingreso del Comando Sur o de equipamiento militar, además de ejercer una tolerancia mucho mayor respecto de sus operaciones de inteligencia. En estas condiciones, Paraguay se reafirma como un territorio apto para todas las políticas que los Estados Unidos quieran hacer sobre la región. Qué coincidencia, además, que la corporación política que propinó el golpe al presidente Lugo es la misma que venía impidiendo el ingreso de Venezuela al Mercosur. Por eso, había que responder con una medida política y simbólica muy fuerte y muy autónoma, como fue la incorporación de Venezuela. En estos procesos no se puede andar con medias tintas. Un cambio significativo en la ecuación política de la integración sudamericana: Venezuela, con todo su potencial energético y político, accede al bloque del Cono Sur y nos conecta a este con el Caribe. A su vez, los Estados Unidos y los grupos de derecha de la región encuentran en la nueva situación paraguaya el canal de entrada al Cono Sur, la cuña al proceso de integración, que no habían logrado con otros gobiernos afines. Está demostrado que la vocación de cambio, expresada por los pueblos sudamericanos en la última década, ha permitido el surgimiento de los liderazgos presidenciales con mucha más celeridad que lo que tardan sus sistemas de partidos e instituciones demoliberales en adecuarse a los nuevos paradigmas. Y esto, sumado a las sucesivas intentonas destituyentes que atraviesan nuestros países, no hace más que ratificar la dimensión de la batalla cultural que aún tenemos pendiente. La consistencia entre Unasur y las políticas domésticas El camino de la autonomía regional requiere a la vez de medidas domésticas que le den base y sustento. Durante el mes de junio, la Presidenta de mi país, Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, participó de tres cumbres internacionales –G-20, Comité de Descolonización y Cumbre Ambiental– que fueron la ocasión para vertebrar en los respectivos discursos las sólidas posiciones internacionales con recientes medidas de política doméstica –la regulación del mercado de divisas, la administración del comercio exterior, la recuperación de autoridad monetaria del Banco Central, la recuperación de YPF y el programa de construcción masiva de viviendas–. Nos encontramos con una consistencia notable de la filosofía de un proyecto global que es, entre otras cosas, lo que le ha dado a Cristina Fernández de Kirchner un alto predicamento entre los líderes políticos de la región y del mundo. Frente a esto, nuestro principal desafío como región es preservar y profundizar nuestra autonomía de criterio y acción. Lo hicimos con la negación del ALCA, la creación de Unasur, el rechazo a los intentos de golpe de Estado, la solución pacífica de nuestros conflictos limítrofes, la defensa de nuestros recursos naturales, la integración energética, la coordinación de políticas macroeconómicas y el proceso de desdolarización regional. El hecho de ser contemporáneos de una etapa como la que vive América latina nos tienta, a primera vista, a perder la perspectiva de su dimensión histórica. No perdamos dicha perspectiva, defendamos este presente, para que los derechos ciudadanos que derivan de él, transformen estas construcciones en irreversibles. * Diputado Nacional, Nuevo Encuentro. Miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores y Parlamentario del Mercosur Nota publicada en la Revista “Voces del Fénix” Nº 19, octubre 2012 [Carlos Raimundi] |
Artículos de Opinión sobre los temas de Comercio Internacional, Integración, Operaciones y Actualidad Comercial Internacional
martes, 13 de noviembre de 2012
América Latina en busca de autonomía
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Creada Cámara de Empresarios del Mercosur en Táchira Venezuela
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9/11/2012 | Se acelera la aprobación del acuerdo petroindustrial argentino-venezolano Nueva cámara de empresarios e industriales del Mercosur venezolana En la primera semana de octubre quedó instalada la Cámara de Empresarios e Industriales del Mercado Común del Sur (Mercosur) capítulo Táchira, organización que ofrecerá herramientas y asesoría a los productores de la entidad para establecer relaciones comerciales con el bloque del Cono Sur.
Betancourt indicó que el ingreso de Venezuela al Mercosur es uno de los logros más importantes en los últimos tiempos, ya que la solicitud en el protocolo de adhesión data de julio de 2006. "Actualmente, unos 300 empresarios del país están comercializando sus productos al exterior, y seguimos evaluando las posibilidades de enviar productos como hierro, aluminio, acero, fertilizantes y plástico. El ingreso al Mercosur representa un enorme beneficio, porque pertenecemos a la quinta economía en bloque comercial del mundo", explicó. Por su parte, el presidente de Cadivi, Manuel Barroso, resaltó que la institución será la encargada de garantizar a los empresarios la disponibilidad de divisas para que puedan adquirir insumos y herramientas necesarias que les permitan mantener una buena producción. El presidente de la Cámara, capítulo Táchira, Lenis Ramos, destacó que la organización cuenta con dos sedes: una en Caracas y ahora la recién conformada en la entidad andina. "Hasta el momento contamos con 250 empresarios registrados, proceso que se extenderá hasta el 31 de octubre. Después se llevará a cabo una asamblea por cada sector productivo y posteriormente se dictará un taller sobre el ingreso al Mercosur", precisó. Ramos añadió que se espera proyectar, en primer lugar, los sectores alimenticio y construcción, para luego concentrarse en áreas como manufactura y metalmecánica, campos fuertes en lo referente a producción regional. AVN Por su parte, aproximadamente mil industrias, que se traducen en 250 mil puestos de trabajo, tienen posibilidad de ser establecidas gracias a la incorporación de Venezuela al Mercado Común del Sur (Mercosur), señaló Miguel Pérez Abad, presidente de Fedeindustria. Adopción de nomenclatura La ministra de Comercio, Edmee Betancourt, señaló que para el 31 de diciembre de 2012, Venezuela debe tener un gran avance en cuanto a la adopción de la nomenclatura del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), grupo al que el país se unió formalmente en julio pasado. Betancourt recordó que Venezuela cuenta con más de 7 mil códigos arancelarios acordes con la Comunidad Andina Naciones (CAN), grupo del que Caracas se separó en 2011. En entrevista transmitida por el programa El Mundo Economía y Negocios en el canal privado Globovisión, la ministra explicó que actualmente trabajan en la adecuación de esos códigos con los 10.031 que existen en el MERCOSUR, según AVN. Este tema de la nomenclatura es abordado por una de las seis mesas de trabajo constituidas para impulsar la incorporación plena de Venezuela al bloque suramericano. Las otras mesas tienen que ver con: el acervo normativo, el fortalecimiento productivo, el arancel externo común, relaciones exteriores e instituciones del grupo, incluyendo el fondo existente para equilibrar las asimetrías de los países miembros. En cuanto al arancel externo común, la Ministra indicó que la adecuación implicará un proceso más largo y recordó que el país tiene cuatro años para concluir este procedimiento. "En la práctica, coincidimos sólo en un 5%. Hemos trabajado, pero para eso quizás tardemos más porque no es una situación sencilla", señaló. Betancourt además comentó que los aspectos vinculados con el fortalecimiento productivo es trabajado por Venezuela de manera bilateral, en particular con Argentina y Brasil, países con los cuales se ha discutido sobre el manejo de cada producto y un posible establecimiento de cadenas productivas de provecho mutuo. Informó además, que del 6 al 8 de noviembre se está produciendo una reunión en Brasilia para abordar el arancel externo común, las nomenclaturas y el fortalecimiento de la producción. Por otro lado, la titular del despacho de Comercio instó a los empresarios nacionales a desprenderse de temores por la incorporación del país al bloque suramericano, que hasta diciembre de 2011 comerció unos 600 mil millones de dólares. Hoy, con la inserción venezolana, MERCOSUR es la quinta economía del mundo. Aceleración de nomenclaturas e inversiones brasileras Por su lado, en declaraciones a la prensa del 2 de noviembre, el presidente Hugo Chávez informó que antes de que se produzca la Cumbre de presidentes del MERCOSUR, prevista para el 7 de diciembre próximo, será definido el arancel común externo para las negociaciones venezolanas con el resto de los países miembros. El mandatario hizo el anuncio tras sostener una reunión con el canciller de Brasil, Antonio Patriota, quien fungió también como vocero de la nación que ejerce este año la presidencia pro témpore de MERCOSUR. "Es tiempo de aceleración, para la fecha (7 de diciembre), debemos haber concluido el trabajo de las nomenclaturas para la activación a un nivel superior del comercio, las inversiones, importaciones y exportaciones, el desarrollo de nuestros países: Argentina, Uruguay, Brasil y Venezuela", detalló el Presidente al tiempo que confirmó su asistencia a la Cumbre de MERCOSUR que se realizará en Brasilia. De la misma manera, el mandatario anunció el arribo al país el 12 y 13 de noviembre de una delegación del Banco Económico y Social de Brasil con el fin de iniciar trabajos conjuntos con el Bandes venezolano. Indicó que este mismo mes el gobierno recibirá al intendente de la zona franca de Manaos, para conformar acuerdos sobre las importaciones y exportaciones brasileras y venezolanas en esta zona franca. "Viejo sueño nuestro este de la integración del Amazonas con el Orinoco", expresó Chávez según AVN. El Presidente sostuvo que Venezuela tiene un "gigantesco potencial de crecimiento económico" que será impulsado con su ingreso al MERCOSUR. "Venezuela va a requerir mayores inversiones para el fortalecimiento del área petroquímica por ejemplo, eso le interesa a Brasil porque es un gran importador de productos petroquímicos sobre todo fertilizantes, nosotros somos exportadores de fertilizantes pero tenemos un potencial gigantesco". Sobre la forma en la que ha crecido la economía nacional el Presidente habló del incremento del Producto Interno Bruto durante su gestión. "Es matemática elemental, cuando iniciamos el primer gobierno el Producto Interno Bruto del país tenía apenas 90 mil millones de dólares, este año son 300 mil millones de dólares y eso que hemos pasado sabotaje económico y petrolero, además de heredar el modelo económico dependiente del Pacto de Punto Fijo y el neoliberalismo salvaje que había echado a la borda las riquezas de Venezuela". Se acelera la aprobación del acuerdo petroindustrial argentino-venezolano Caracas, 8 de noviembre.- Fue aprobado en primera discusión el proyecto de ley aprobatoria para el Acuerdo de Cooperación para el Desarrollo del Sector Petroindustrial entre Venezuela y Argentina. El convenio tiene antecedentes en el Acuerdo de Cooperación Energética que se firmó en el año 2000, el Convenio de Cooperación Integral firmado en 2004 y el Acuerdo de Cooperación para el Desarrollo Tecnológico firmado en 2007, explicó Jesús Cepeda, diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). A través de este acuerdo se fomentará la transferencia tecnológica entre ambas naciones y se facilitará las alianzas estratégicas para la creación de empresas mixtas y conglomerados industriales. El proyecto fue remitido a la Comisión Permanente de Política Exterior, Soberanía e Integración, que se encargará de elaborar el informe para su segunda discusión. Banco del Sur En otro orden, pasadas las elecciones venezolanas, se reactiva la idea de impulsar el Banco del Sur. El Ministerio de Hacienda de Brasil informó que el Banco del Sur (BS), integrado por los países de la región, posiblemente comenzará a funcionar en 2013 y considera que facilitará la integración económica sudamericana y beneficiará a Argentina ante los problemas que ese país enfrenta para obtener financiamiento en la banca internacional. La reunión de ministros de Economía sudamericanos de julio pasado no llegó a un acuerdo sobre varios aspectos del BS pero Brasil apuesta a que se den las puntadas finales "a comienzos del año que viene" declaró el secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Hacienda, Carlos Márcio Cozendey. Otro factor que causó un impasse en las tratativas para la fundación del BS, al cual Brasil, Argentina y Venezuela deben aportar un capital inicial de 2.000 millones de dólares, fueron las elecciones de octubre pasado en Venezuela. Tras la reelección del presidente Hugo Chávez éste autorizó que la sede del BS funcione en Caracas y "ya se están montando los escritorios y comprando los muebles" señaló Cozendey en una entrevista publicada este jueves. El funcionario señaló a ANSA que Argentina y Venezuela "tienen problemas en el acceso al mercado financiero internacional" por lo que los gobiernos de los presidentes Chávez y Cristina Fernández de Kirchner "tienen interés en continuar" las conversaciones para su creación en 2013. [mercosurabc] |
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jueves, 20 de septiembre de 2012
Accede directamente a morebooks y adquiere el libro
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miércoles, 11 de julio de 2012
PARADIGMAS TEÓRICOS PARA DAR RESPUESTA AL HECHO SOCIAL, POLÍTICO, JURÍDICO E INTERNACIONAL DENOMINADO INTEGRACIÓN
El Concepto de Integración.
El concepto
fundamental del que debemos partir para el entendimiento de cualquier proceso
jurídico de asociación entre dos o más países es el de integración. La palabra
integración proviene del Latín “integratio”,
que significa acción o efecto de integrar o componer un todo con sus partes
integrantes, partiendo de su sentido etimológico es:
La integración
abarca distintas ramas y ha sido asimilada a distintos tipos de materias de
estudio de las Ciencias (o aspectos), estás han sido económica, política, social
o de seguridad, jurídica institucional, entre otras. Su análisis no se hará en
forma aislada, ya que para analizarla en su problemática jurídica e
institucional desde una perspectiva latinoamericana, esta se muestra aunada a
los procesos de desarrollo de la región[2].
Distintos Enfoques sobre el Concepto de Integración
La integración ha
sido definida con base a ciertos paradigmas diferentes, para dar respuesta al
hecho social, político, jurídico e internacional que representa. Las distintas
teorías no tienen una estructura cronológica, histórica, organizada, delimitada
o estandarizada, así que para efectos didácticos se hará referencia a estas en
forma general y sólo se establecerán algunos elementos a titulo referencial.
El término
integración no ha sido unánimemente considerado en materia doctrinaria, no
obstante, ha sido utilizado para identificar una rama específica del derecho
internacional público cuyas normas regulan procesos de integración de mediana
intensidad, de un marcado carácter económico comercial.
Existen
definiciones clásicas y modernas que intentan explicar la integración, en un
sentido lógico, la han definido a través de su método (el método de integración
de la Unión Europea), como paradigma o modelo a seguir para que voluntariamente
estados, naciones o países puedan unirse sin perder su soberanía y adquiriendo
nuevas modalidades para resolver los conflictos entre ellos. La doctrina
europea entre ellos Pierre Pescatore[3] reservaban el término adaptado a su realidad para
referirse al sistema de derecho comunitario europeo.
A continuación se
explanarán someramente los enfoques teóricos que contribuyen a explicar el
fenómeno de la integración:
a.
Enfoques Teóricos Clásicos.
Como enfoques
teóricos clásicos encontramos los enfoques denominados federalistas, que
incluyen en su devenir a los funcionalistas y los neo funcionalistas, y la
corriente del comunicacionismo simbólico.
a.1
Federalistas.
El Enfoque
Federalista es una corriente[4] que busca teorizar sobre las condiciones necesarias el
fin de los conflictos humanos y que encontró su espacio intelectual en el
turbulento clima político de 1940. La figura central de esta corriente es David
Mitrany; tiene una agenda distintiva, figura la prioridad otorgada a las
necesidades humanas, ya que algunas necesidades tienen un aspecto trasnacional
y la existencia del Estado-Nación que tiende a alejar a la política de la
maximización del bienestar público.
Las instituciones
transnacionales podían ser mejores y más eficientes proveedoras de bienestar
que los Estados nacionales. Concibe la aplicación de un enfoque tecnocrático y
racionalista al gobierno humano como eje
de un sistema basado en la paz. Se divide en tecnocrático y racionalista
y otro altamente normativo que no estaba atado a un proyecto particular de
organización internacional[5].
a.2 Neo
Funcionalistas
Los Neo
Funcionalistas, son J. Nye; R. Keohane; P. Schmitter; Ernst Hass; Jean Monnet y
Robert Schuman. Su enfoque implicaba un rechazo directo al movimiento idealista
y federalista su estrategia emergía para construir una comunidad Europea e
integrarse en forma modesta en áreas de la “baja política” pero en sectores
económicos estratégicos; crear una alta autoridad sin dejar de considerar el
bagaje de intereses nacionales para lograr la integración; integración
particular de ciertos sectores; integración profunda y transferencia de lealtad
hacia la supranacionalidad. Reinstalaron el tema de la acción política en el
proceso de integración.
a.3
Conductista
Conocido también
como comunicacionismo simbólico, su principal exponente es Karl Deutsch[6], para él las Relaciones Internacionales son muy
importantes porque si no existe capacidad de elaboración y ejecución de
políticas adecuadas en las relaciones exteriores, se podrían generar nuevos
conflictos internacionales.
En su criterio,
los aspectos centrales que deben resolverse están ligados con la búsqueda de
vías y soluciones para que haya paz y libertad en todos los países y decisiones
políticas interdependientes del mundo. Su concepto de integración está basado
en el sentido de comunidad y que los problemas sociales pueden resolverse en
medio de un proceso pacífico, la integración es por ello, una relación entre
unidades mutuamente interdependientes que poseen en conjunto propiedades
sistémicas de las que carecerían de manera aislada. Lo que significa hacer un
todo con las partes convirtiendo las unidades antes separadas en componentes de
un sistema coherente en cuatro dimensiones, el dominio, que se compone de las
poblaciones de las áreas geográficas integradas; el alcance, en aspectos
políticos, económicos, sociales, culturales, donde se aplica la relación de
integración; el grado o las gratificaciones, beneficios o carencias de las
unidades integradas; y el peso o cohesión del sistema integrado que prueba su
capacidad para afrontar tensiones, presiones, desequilibrios y divisiones.
a.4
Realistas
Es complejo
estandarizarlo[7] en alguna época ya que se encuentran presentes en la
antigua Grecia desde Tucídides y en la antigua India con Cautilia; aunque sus
más conocidos exponentes son Maquiavelo y Thomas Hobbes.
La tradición
internacionalista liberal está enraizada en la teoría política liberal,
desarrollada sobre todo a partir del siglo XVII, por pensadores de diferentes
campos disciplinarios, principalmente los de la filosofía política y la
economía política. Immanuel Kant; John Locke; David Hume;
Jeremy Bentham; Adam Smith; Richard Cobden; James Madison; y Thomas Jefferson.
De entre el grupo
de autores que desarrollaron el realismo como teoría a partir de los años 40 se
destacan Edward Carr; Reinhold Niebuhr; Georg Schwarzenberger en un primer
bloque seguidos por Hans Morgenthau, del cual se destacaron otros autores como
George Kennan; ideólogo de la estrategia
de contención hacia la Unión Soviética; y Henry Kissinger. En la denominada escuela inglesa del realismo
se presentan Martin Wight y Hedley Bull;
Raymond Aron y su discípulo estadounidense Stanley Hoffmann.
De los autores de
esta tendencia pueden mencionarse los conceptos de integración de Raimond Aron[8], quien habla del federalismo clandestino, como critica a
quienes entienden al mercado común como una mágica política de integración, en
el entendido que un Estado no debe poseer nunca fuerzas tales que los Estados vecinos
se vean incapaces de defender sus derechos contra él, siendo el interés de cada estado preservar su
independencia y de no quedar a merced de un estado que disponga de medios
irresistibles.
a) la idea de que las relaciones
internacionales avanzan hacia una situación de mayor libertad, paz, prosperidad
y progreso;
b) la transformación en las
relaciones internacionales está desencadenada por un proceso de modernización
desencadenado por los avances científicos y reforzados por la revolución
intelectual del liberalismo;
c) a partir de esos supuestos, el
liberalismo insiste en la necesidad de promover la cooperación internacional
para avanzar en el objetivo de paz, bienestar y justicia.
Este pensamiento
marcó los primeros años de la existencia de la disciplina de las Relaciones
Internacionales como J. A. Hobson; Norman Angell; Woodrow Wilson; Leonard
Wolff; Arnold Toynbee; David Mitrany; y
Alfred Zimmern.
b.
Enfoques Teóricos Contemporáneos.
Las dos
principales teorías contemporáneas de la integración regional, son el
intergubernamentalismo liberal (Moravcsik 1998) y la gobernancia supranacional
o supranacionalidad (Sandholtz and Stone Sweet 1998)[10], quienes consideran a la sociedad como punto de partida
de la integración y sostienen que el incremento de las transacciones
trasnacionales generan un aumento de interdependencia que, a la larga, conduce
a los protagonistas del intercambio (empresarios y firmas) a solicitar a las
autoridades nacionales o trasnacionales que adapten las regulaciones y las políticas a las nuevas necesidades
generadas durante el proceso.
Para éstos el
concepto de integración se basa en la demanda. El inter gubernamentalismo
liberal define la interdependencia económica como condición necesaria de la
integración. A medida que la liberalización comercial aumenta la magnitud del
comercio exterior, especialmente a nivel intra-industrial, las demandas por una
mayor integración se incrementan. Las instituciones regionales se convierten en
mecanismos facilitadores de la implementación de acuerdos.
En materia
contemporánea han tomado fuerza los debates acerca de soberanía y ciudadanía y
los factores domésticos de la integración, los cuales forman parte de los
intentos por explicar los actuales procesos de integración.
c.
Enfoques Teóricos Modernos.
En cuanto a la
definición que modernamente se le otorga a la integración podemos mencionar a Oliver Dabène[11], quien observa a la integración desde el punto de vista
geográfico regional, como un proceso histórico con incremento en los niveles de
interacción entre unidades políticas (subnacionales, nacionales o
transnacionales), provistas por actores que comparten ideas en común, persiguen
objetivos y definen métodos para alcanzarlos y contribuyen a construirlos en la
región.
Definidos mediante
tres corolarios:
1) El proceso puede abarcar una
gran diversidad de actores del sector público o privado;
2) Puede resultar en una estrategia
deliberada o emergente como consecuencia de la interacción social; y
3) puede generar la creación de
instituciones.
Conceptos que para
éste trabajo se consideran el marco de referencia para explicar los procesos de
integración modernos, y que incluye los factores de interés entre los pueblos y
la participación de instituciones, gobiernos y ciudadanos comunes en el plano
comercial.
Ahora bien, a los
fines de hacer más didáctico y comprensible los antedichos paradigmas teóricos
se propone el siguiente cuadro de elaboración propia donde se establecen las
distintas corrientes bajo un orden conforme a la forma como han tenido cabida
en los distintos procesos de integración, ya que se hace muy difícil
endilgarles una fecha precisa y algunas tendencias teóricas poseen exponentes
muy antiguos y a la vez muy modernos, por ello, sólo a los fines de su
delimitación teórica y comprensión de sus postulados se muestra el siguiente
cuadro resumen.
PARADIGMAS TEÓRICOS PARA DAR RESPUESTA AL HECHO
SOCIAL, POLÍTICO, JURÍDICO E INTERNACIONAL DENOMINADO INTEGRACIÓN
|
|||
|
Federelistas
|
David Mitrany
|
Prioridad a las necesidades
humanas que tienen un aspecto trasnacional y la existencia del Estado-Nación
tiende a alejar a la política de la maximización del bienestar público.
|
|
Neo Federalistas
|
J. Nye; R. Keohane; P. Schmitter; Ernst
Hass; Jean Monnet y Robert Schuman.
|
Construir una
comunidad Europea e integrarse en forma modesta en áreas de la “baja
política” pero en sectores económicos estratégicos; transferencia de lealtad hacia la
supranacionalidad.
|
Clásicos
|
Conductismo o Comunicacionismo Simbólico
|
Karl Deutsch
|
Las unidades separadas en
componentes de un sistema coherente en cuatro dimensiones, el dominio, que se
compone de las poblaciones de las áreas geográficas integradas; el alcance,
en aspectos políticos, económicos, sociales, culturales, donde se aplica la
relación de integración; el grado o las gratificaciones, beneficios o
carencias de las unidades integradas; y el peso o cohesión del sistema
integrado que prueba su capacidad para afrontar tensiones, presiones,
desequilibrios y divisiones.
|
|
Realismo Antiguo
|
Tucídides (C. 460
A.C. – 395, A.C.grecia)
Cautilia Chanakia
(350 – 283 a. C. India);
Maquiavelo (1469 –
1527 Italia) y
Thomas
Hobbes (1588-1679, Inglaterra)
|
Thucydides, el padre de la escuela del realismo político, defiender y
mantiene los intereses de los gobernantes mediante leyes para mantener en el
poder a
los que mandan, sean éstos oligarcas o demócratas.
Cautilla,,describe el Estado ideal, en función de su utilidad, al margen
de toda ética o derecho, sugirió la seducción, el uso secreto de armas y el
veneno para obtener ganancias políticas y recomendó tomar precauciones
minuciosas contra el asesinato, como probar la comida y elaborar la manera de
detectar el veneno, recomendaba que la pena de muerte por veneno a las
violaciones a las órdenes del rey.
Maquiavelo considera que la política tiene sus propias reglas que, en
muchas ocasiones, no coinciden con las normas de la moral o de la religión,
para alcanzar su objetivo principal: la paz y el bienestar del pueblo, donde
el fin justifica los medios que emplee el gobernante.
Hobbes, absolutismo
político, en su obra el leviatán plantea
la libertad de utilizar el poder que cada uno tiene para garantizar la
auto conservación. Cuando el hombre se da cuenta de que no puede seguir
viviendo en un estado de guerra civil continua, surge la ley de naturaleza,
que limita al hombre a no realizar ningún acto que atente contra su vida o la
de los otros. la segunda ley cada hombre renuncia o transfiere su derecho a
un poder absoluto que le garantice el estado de paz. Así surge el contrato social.
|
|
tradición internacionalista liberal siglo XVII
|
Immanuel Kant; John Locke; David Hume;
Jeremy Bentham; Adam Smith; Richard Cobden; James Madison; y Thomas Jefferson.
|
Se construyó a base de entender la historia como el resultado de la
naturaleza del ser humano a codiciar el poder y desear la dominación de
otros. La posibilidad de erradicar el instinto por el poder es una aspiración
utópica. Esto lleva a percibir la política internacional como una lucha
interminable entre aquellos actores que intentan dominar a otros y aquellos
que intentan resistir este dominio externo. El sistema internacional es
anárquico, en el sentido de que no existe una autoridad superior a los
Estados capaz de regular efectivamente las relaciones entre ellos. Los
Estados soberanos son los actores principales que componen el sistema
internacional, en vez de serlo las instituciones internacionales,
organizaciones no gubernamentales o corporaciones multinacionales. Cada
Estado es un actor racional que busca maximizar su posición política dentro
del sistema mediante la acumulación de recursos de poder militar y económico
llevando a un balance de poder entre los actores y a la estabilidad en el sistema
internacional.
|
|
Realismo clásico
|
Edward Carr; Reinhold Niebuhr; Georg
Schwarzenberger; Hans Morgenthau.
|
Comenzó a formularse en las décadas de los 1940 y 1950 bajo las tensiones
crecientes de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Postula que la estructura del sistema internacional y el deseo de acumular
poder determinaban el comportamiento de todos los Estados. Sus críticos apuntaban hacia comportamientos
del Sistema Internacional que no podían ser explicados como las nuevas
instituciones que cogían vigor en Europa occidental, en donde dominaba la
búsqueda cooperativa de lograr ventajas mutuas en vez de intentos
individuales de maximizar poder.
|
|
Realismo Contemporáneo
|
George Kennan; y Henry Kissinger
|
El primero forma parte de la denominada teoría de la Contención Unión
Soviética y el segundo americano realista de las relaciones internacionales,
que participó ampliamente en políticas de paz en una época plagada de
conflictos internacionales mediante el favorecimiento de relaciones
diplomáticas.
|
|
Escuela inglesa del realismo:
|
Martin Wight; Hedley Bull; Raymond Aron; Stanley Hoffmann.
|
Critica a quienes entienden al mercado común como una mágica política de
integración, en el entendido que un Estado no debe poseer nunca fuerzas tales
que los Estados vecinos se vean incapaces de defender sus derechos contra
él, siendo el interés de cada estado
preservar su independencia y de no quedar a merced de un estado que disponga
de medios irresistibles.
|
|
Realismo de la
Integración:
|
J. A. Hobson; Norman Angell; Woodrow
Wilson; Leonard Wolff; Arnold Toynbee;
David Mitrany; y Alfred Zimmern.
|
Las relaciones internacionales avanzan hacia una situación de mayor
libertad, paz, prosperidad y progreso;
la transformación en las relaciones internacionales está desencadenada
por un proceso de modernización desencadenado por los avances científicos y
reforzada por la revolución intelectual del liberalismo; promover la
cooperación internacional para avanzar en el objetivo de paz, bienestar y justicia.
|
Contemporáneos
|
Intergubernamentalismo
liberal y la gobernancia supranacional
o supranacionalidad
|
Moravcsik 1998 y Sandholtz and Stone
Sweet 1998
|
Consideran a la sociedad como punto de partida de la integración y
sostienen que el incremento de las transacciones trasnacionales generan un
aumento de interdependencia que, a la larga, conduce a los protagonistas del
intercambio (empresarios y firmas) a solicitar a las autoridades nacionales o
trasnacionales que adapten las regulaciones y las políticas a las nuevas necesidades
generadas durante el proceso.
|
Autor: Antonio Tadeo Abche Morón.
Artículo de Investigación presentado ante la Universidad Nacional de Tres de Febrero, UNTREF.
Buenos Aires, Argentina, Setiembre del 2011.
[1] OSSORIO,
Manuel (2001). Diccionario de Ciencias
Jurídicas, Políticas y Sociales. Editorial Heliasta. Argentina.
[2] INSTITUTO
INTERAMERICANO DE ESTUDIOS JURÍDICOS INTERNACIONALES (1969). Derecho de la Integración Latinoamericana.
Ensayo de Sistematización. Ediciones Depalma. Argentina.
[3] PESCATORE, Pierre (1973). Derecho de
la Integración. BIT-INTAL. Argentina. Citado por ARBUET-VIGNALI, Heber
(2004).Claves Jurídicas de la
Integración. Rubinzal – Culzoni Editores. Argentina. Página 217.
[4] KRELL, Marcela (2005). Teorías
Europeas de la integración regional: límites y posibilidades de aplicación al
ámbito latinoamericano. En MERCOSUR ABC. Dossier de Integración. Temas del
Cono Sur. Número
15. Junio 2005. Recuperado en septiembre
del 2011 en: http://marcelakrell.wordpress.com/2007/07/07/teorias-europeas-de-la-integracion-regional-limites-y-posibilidades-de-aplicacion-al-ambito-latinoamericano/
[5] RODRÍGUEZ MANZANO, Irene (1996). Funcionalismo,
Neo funcionalismo y Relaciones Internacionales, dos contribuciones doctrinales
al estudio de la organización internacional. Revista
Dereito. Vol 5. España.
[7] SALOMÓN, Mónica (2002). La Teoría de
las Relaciones Internacionales en los Albores Del Siglo XXI: Diálogo,
Disidencia, Aproximaciones. En Revista Electrónica de Estudios
Internacionales, España. Recuperado en Septiembre del 2011 en: http://www.cedep.ifch.ufrgs.br/Textos_Elet/pdf/Salomon.pdf
[8] ARON,
Raymond (1985). Paz y Guerra entre las
naciones. Editorial Alianza, Madrid, España.
[9] ZACHER, M. W. y MATTHEW R. A. (1995).
Liberal
International Theory: Common Threads, Divergent Strands. En: KEGLEY, Ch. (ed.), Controversies in International Relations
Theory. Nueva York: St. Martin’s Press, pp. 108-126. Citado por: SALOMÓN, Mónica (2002), Op cit.
[10] MALAMUD, Andrés. Jefes de gobierno
y procesos de integración regional: las experiencias de Europa y América
Latina. Universidad del Salvador. Tesis inédita, recuperada en
septiembre del 2011 en: http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/Doctorado0304/Seminario_Investigacion03/Malamud04.PDF
[11] DABÈNE, Olivier (2009). The
politics of regional integration in Latin America. Theorical and comparative
explorations. Palgrave Macmillan. New York, USA.
Publicado por
Antonio Abche
en
10:23
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