El desarrollo de un futuro comercio intra industrial
entre los países de América Latina con el Eje Asia Pacífico e India, en
términos de beneficios reales para nuestros países puede depender de una
serie de variables que desglosaremos en
los siguientes términos:
1. Alianzas Estratégicas y Acuerdos de
Integración.
Una de las variables a analizar debe ser ¿cómo
América Latina se enfrenta a los Tigres del Sudeste Asiático (Indonesia,
Malasia, Filipinas y Tailandia); los Dragones (Taiwán, Corea del Sur, Hong
Kong, Singapur y los restantes países de la Península Indo China y algunos de
Asia del Sur); o al Elefante (India)?, pues bien, esto pareciera ser una
falacia, ya que el ideal integrador parece haberse quedado en el discurso de
Angostura y en otros románticos legados de nuestros próceres.
Los países de América Latina están negociando
en forma separada y por ello, sin ningún tipo de estrategia compartida, para el
mejor aprovechamiento de la relación. Como bien lo estableció Nicolás
Maquiavelo en su obra El Príncipe: divide
y vencerás, que en el caso de nuestros pueblos se aplica de forma clara con
la imposibilidad de lograr una integración con nuestros pares y vecinos, salvo
algunos contados intentos que pueden traducirse en más ideales que reales.
Como bien lo comenta Bermúdez Liévano[1] (La
Nación; 2011), las relaciones comerciales entre China y América Latina han
crecido de manera sostenida desde hace 20 años y han sido las únicas que se han
incrementado a un ritmo del 25% en los últimos cinco años. Tanto así que el
país asiático podría superar a la Unión Europea como el segundo destino de las
exportaciones latinoamericanas en 2014 y como segundo proveedor en 2015, según
proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Este autor nos muestra que aunque China habla
de la región en su conjunto, negocia individualmente, -esto es un claro indicio
que China aprovecha los potenciales de cada país por separada- y nos dice que
Beijing ya es el primer socio comercial de Chile y Brasil, y el segundo para
Argentina, Costa Rica y Perú, sin olvidar a Venezuela en materia de energía;
pero la región se ha convertido en el quinto socio comercial de China.
América Latina –criterio que comparto- aún no
aprovecha el rol e influencia que podría tener si negocia en bloque.
Individualmente, cada país no pesa mucho en la ecuación, pero al mirar los
números regionales el panorama cambia -o podría cambiar-. Los productos
latinoamericanos sólo representan el 6% de las compras chinas y el intercambio
depende en gran medida de la demanda china de materias primas minerales,
agrícolas y energéticas, elementos claves del desarrollo y poder de una nación.
Algunos de los temas que han surgido, es la
necesidad de prepararse en las áreas de Turismo y cantidad de vuelos por la
afluencia de Asiáticos atraídos por nuestras bellezas naturales; de puertos por
la inminente penetración de productos de China que vienen por vía marítima; la coordinación
de políticas, donde ya hay acuerdos como en materia medioambiental; y crear una
agenda para el intercambio académico, cultural y de investigación.
Siendo así, y en el entendido que cada país
tiene sus propias características, es evidente que podría convenir el
establecimiento de una agenda conjunta -al menos sobre lo que no se debería
permitir-; que incluya parámetros claves sobre el cuidado de la soberanía y las
áreas de influencia específica o concesiones que deberían resguardarse en
nuestros países. Y por último, en esta materia, una coordinación para la
generación de fondos de ayuda y capacitación para el uso de la tecnología, para
hacernos cada día menos dependiente de la inversión extranjera.
En el caso de los procesos de integración ya
existentes, como por ejemplo el Mercosur, estos ya implican un esfuerzo por
parte de las naciones para llegar a acuerdos de comercialización. Sin embargo,
y a pesar de constituir una base para negociar en conjunto en una relación más
estrecha, todos no tienen las mismas necesidades ni potencialidades. Por ello,
para que la misma pudiese ser exitosa se requeriría fijar los elementos y
designar una comisión conjunta con una agenda generalizada y con los elementos
pre diseñados para que el bloque pueda alcanzar una alianza estratégica.
2. Infraestructuras de Comunicaciones y
Transporte.
Siguiendo a Moneta[2] (2002),
desde el punto de vista estratégico, la constitución de redes de transporte
marítimo y aéreo a partir de la vinculación de distintas zonas, junto con la
organización de flujos de transporte que articulan las áreas del interior con
las zonas costeras, ha dado lugar en la Gran
Zona Económica China, a la generación de sub zonas de rápido crecimiento.
En estas zonas se combinan capitales empresariales y bancarios, tecnología y
gestión con mano de obra y recursos naturales.
Esta narrativa muestra que la interconexión de
ejes de transporte ha sido parte de las acciones emprendidas por la
planificación asiática para el logro del desarrollo. Implica, la articulación
altamente dinámica que permite operar el comercio y las inversiones en forma
eficiente. Si a estas fuentes de transporte se le añade la red de
comunicaciones evidentemente se aumenta su eficacia.
Conforme a lo expresado por el autor es
forzoso concluir que junto al imprescindible conocimiento de los actores y
circunstancias locales, estar interiorizado en el papel que juegan estas redes
y disponer de la capacidad para lograr la vinculación entre ellas, configuran
valiosas ventajas comparativas para un adecuado acceso a los mercados de China.
Si observamos el lado latinoamericano, la
mayoría de nuestros países no cuenta con estas redes de información,
comunicación y transporte, lo cual hace más marcada la diferencia geográfica
entre la capital y las provincias, así como la dificultad para atraer condiciones
propicias de desarrollo e inversión.
Una alternativa podría estar encaminada en los
acuerdos de cooperación reciproca, en las que cada nación recibe lo que
necesita, evidenciando que cada país latinoamericano en la medida de los
productos exportables que naturalmente le correspondan, pudiese derivar en
parte la negociación para la generación de fondos para la inversión y
dinamización de los ejes intermodales de transporte.
La otra alternativa a nivel de negociación
sería establecer el contenido y la planificación de las obras necesarias para la
mejora de estas interconexiones, tales como subterráneos, ferrocarriles,
sistemas de transporte masivo, entre otras. Y conforme a ello, mediante la
figura de fideicomisos aportar en forma conjunta para el desembolso de las
obras por etapas.
Por otra parte, Moneta[3] (2005)
nos presenta una serie de líneas de acción que debe asumir Argentina/MERCOSUR,
en la posible relación de un desarrollo en el comercio intra industrial con
Asía Pacífico, las cuales pueden resumirse en:
- Los Procesos de Integración en AP , aumentará su peso económico y acción estratégica mundial
- Parece para Argentina/ MERCOSUR más conveniente recibirlo individualmente que como colectivo
- La política competitiva defensiva de AP, podría inducir a conductas competitvas en AL
- Puede generarse un cambio en la posición asiática, en forma especial en su inserción en la región de AL
- Cambiaría las áreas de influencia en los ejes de Chile y Mexico
- Puede acrecentarse el uso de las asimetrías y ocupación de espacios vacíos en la región para acceso a recursos y posicionamiento comercial.
- Como preventivo es conveniente para los países de la región lograr el mayor grado de concertación y estrategias de negociación, mediante la articulación de las políticas y actores públicos y privados.
- Urge desarrollar líneas de acción respecto a la relación AP, la relación diplomática y concertación del proyecto estratégico regional.
- Establecer los modelos de costos y beneficios para lograr el equilibrio sociopolítico y cultural.
Este
conjunto de líneas como bien lo expresa el autor son algunos de los elementos a
tomar en cuenta, sin embargo es prudente concluir en este particular, que
nuestros países de América deben buscar la alianza estratégica para la
negociación como bloque, siempre en procura de recibir de las alianzas que se
logren con el bloque o individualmente con los países de Asía Pacífico e India
la transferencia de tecnología para evitar la dependencia y el ingreso de
productos, que permite la entrega de divisas y el desequilibrio en la balanza
de pagos. Por otra parte, es menester aprovechar el interés de estos países
(AP) para la concreción de proyectos de mediano y largo plazo en materia
Transporte y Comunicaciones pero con una visión de inter modalidad e
interconexión. Adicionalmente, se deben crear zonas en nuestros países
destinadas al aprovechamiento de la inversión en tecnología y desarrollo para
generar empleos y activar zonas alejadas o deprimidas.
3. Inversiones en Investigación y
Desarrollo
Sobre esta
estrategia sería necesaria una discusión más amplia, sin embargo a manera de
alimentar la discusión en estos temas, como lo explanan Correa y González[4] (2006)
la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) en 2006, establecieron como una clave para el análisis
de la atracción de las Inversiones Extranjeras Directas imitar las experiencias de ciertos países de Asia, donde los
gobiernos consideran la educación en función de las necesidades de la industria,
estimulan la colaboración público-privada en investigación y desarrollo,
impulsan la instalación de parques tecnológicos y crean un régimen de
protección de derechos de propiedad intelectual.
Estos
autores afirman que los problemas sociales y económicos de América Latina
podrán disminuir si, desde la región (AL) como un todo o desde cada país (TLCs),
se diseña una estrategia global de
competencia y asociación con China, país que por su nivel de crecimiento requerirá
insumos, bienes industriales, de alta tecnología y alimentos.
A modo de
conclusión, es pertinente establecer que nuestros países tienen un reto entre
manos, que es alcanzar el mayor desarrollo posible con la inminente inversión
extranjera, para ello es conveniente lograr una combinación y armonización de
nuestras legislaciones para conformar condiciones económicas propicias para que
con la participación de los empresarios privados, participación de la
ciudadanía organizada y del estado se logre concretar la creación,
implementación y empuje de empresas de capital mixto que puedan continuar en la
generación de nuevas empresas, reinvertirse y multiplicar su potencial para la
generación de nuevas empresas, es decir, inversión que genera más inversión,
desarrollo que genera más desarrollo y trabajo que genera más trabajo.
Autor: Antonio Tadeo Abche Morón.
Artículo de Opinión correspondiente al Seminario:
Asia del Pacífico: La construcción
de vínculos económicos y estratégicos para Argentina/ MERCOSUR. Dictado por: Carlos Moneta y Sergio Cesarín.
Universidad Nacional de Tres de Febrero, CABA, Argentina. Agosto - Diciembre del 2011
Para dar respuesta al Tema: ¿Cuál/cuáles de las siguientes variables: Alianzas estratégicas; Infraestructuras de
Comunicaciones, Transporte, etc; Acuerdos de Integración; Transferencias
Tecnológicas; Inversiones en Investigación y Desarrollo; mayor estabilidad
institucional y persistencia de las reglas de juego; pueden
favorecer el desarrollo futuro de un comercio intra industrial de
Argentina/Mercosur/América Latina con Asia Pacífico e India?
[1] Artículo:
BERMÚDEZ LIÉVANO, Andrés. (21/11/2011). América
Latina ante el reto de unirse para negociar con China. Diario La Nación.
Consultado en Abril del 2012 en: http://china-files.com/es/link/12816/america-latina-ante-el-dilema-de-unirse-para-negociar-con-china
[2] MONETA,
Juan Carlos. (2002). China: Posibilidades
de Vinculación Económica a partir de su Desarrollo Regional. Páginas 157 –
160. En: CESARIN, Sergio y MONETA, Juan
Carlos. (comp). (2002). China:
Perspectivas del Presente, desafíos del futuro. Editorial de la Universidad
Nacional de Tres de Febrero. Argentina.
[3] MONETA,
Carlos Juan. (2005). China y el nuevo
proceso de institucionalización de la integración en Asía Pacífico:
Perspectivas para la Argentina/MERCOSUR y América Latina.. En: CESARÍN,
Sergio y MONETA, Carlos. (Comp). (2005). China
y América Latina. Nuevos Enfoques Sobre Cooperación y Desarrollo. ¿Una Segunda
Ruta de la Seda?. Red de Centros de Estudio de Asia y El Pacífico, de
América Latina y El Caribe REDEALAP. Instituto para la Integración de América
Latina y El Caribe INTAL. Editado por BID-INTAL. Buenos Aires, Argentina.
[4] CORREA, Gabriela
y GONZÁLEZ, Juan. (2006). La inversión
extranjera directa: China como competidor y socio estratégico. En Revista
Nueva Sociedad Número 206. Junio del 2006. Argentina.
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