Sábado 19 de octubre de 2013
Una “LIBRA” de 80.000 millones de dólares
Por
Raúl Ochoa, para SudAmericaHoy (SAH)
Brasil es un país con una serie de
problemas estructurales, que se contraponen a un cercano futuro de enormes
posibilidades y riqueza, que bien manejada e invertida puede transformar su
famoso potencial de desarrollo, en real.
La licitación del campo de
LIBRA, primero bajo el concepto de participación, en el que Petrobrás
es único operador con el 30 % y donde ganó el consorcio que ofreció el mayor
porcentaje para el Estado brasileño (límite mínimo del 41.65 %),
implica la mayor operación de este tipo en los últimos años. Representa una
inversión de 80 MM U$S en diez años – sin considerar costos operativos – y se
estima que cuando alcance el pico productivo en el 2027, se extraerán 1,4
millones barriles/día equivalente al 65 % de la producción brasileña
actual
De las empresas y consorcios que se
presentaron, sobresalió el enorme interés chino (adjudicatario final) presente a través de sus
gigantes empresas estatales: CNOOC, CNPC y SINOPEC esta última
en alianza con Repsol y Petrogalp de Portugal; otros
participantes correspondieronn a India, Indonesia, Colombia luego Total
y Shell.
Se estima que en este espejo
de aguas profundas de 1500 kms2, hay reservas extraíbles de 8/12 MM de
barriles y es desde 2008 el mayor descubrimiento a nivel mundial;
cabe señalar que desde ese año, de los diez mayores descubiertas seis son
brasileñas, dos iraquíes, una norteamericana y la restante noruega
Este campo de LIBRA mas lo ya
descubierto previamente implica que en los próximos 12 años (2013/2025) la inversión brasileña en pre-sal será de 500.000 Millones de U$S
– equivalente al actual PBI argentino -; esto llevaría la
actual producción de 2,1 M/b/d a 4,2 M o 5,2 M computando el equivalente de gas
para el año 2020. Se calcula que para el año 2022, Brasil debería ser
exportador neto de 2 millones/b/d (ver gráfico)
Para que esto sea posible, se
deberán flexibilizar las normas de contenido local ya que no
hay capacidad suficiente de astilleros para armar las 35/40 FPSO (Plataformas
semisumergibles, de producción, almacenamiento y transferencia) necesarias,
hoy ya hay 34 de las 160 FPSO de todo el mundo y lo que ahora se está
entregando corresponde a las más antiguas licitaciones deTranspetro (subsidiaria
de logística y transporte de Petrobrás), cuando los requerimientos de contenido
eran más blandas; de hecho con las nuevas especificaciones las FPSO saldrían 30
% más caras que sus equivalentes asiáticas, que además las entregan
mucho más rápido – la mitad del tiempo incurrido en el Brasil -
Dicho en otras palabras, Petrobrás
deberá en 7 años doblar la producción, que previamente le costó 60
años para alcanzarla.
Además de FPSO plataformas, hay que
construir una flota de 300 barcos de apoyo marítimo hasta el
fin de la presente década y por supuesto ampliar las instalaciones de
puertos y construir nuevas terminales, que no alcanzan para satisfacer
las necesidades de este nuevo volumen.
En barcos existe actualmente
capacidad ociosa, consecuencia del menor ritmo de actividad a nivel global, lo
que facilita el alquiler de naves por períodos prolongados y permite planificar
la construcción naval con mayores plazos e inclusive armar FPSO sobre la base
de navíos; aún así es muy difícil que pueda lograr cumplir con esas metas, por falta
de mano de obra calificada y de capacidad de la industria naval.
Para las empresas estatales chinas,
el objetivo de lograr ganar la participación del campo de LIBRA obedecía a dos
razones concretas: asegurar el recurso y obtener el know how brasileño
en aguas profundas que actualmente no lo poseen (su primera plataforma
FPSO es de finales del 2011); para lograrlo están dispuestos a financiar no
sólo la explotación operativa de presal muy rentable, sino también cofinanciar
las dos plantas de refinación previstas por Petrobrás.
Para los expertos de energía
brasileños asociarse con los chinos “es como dormir con el enemigo, con
los ojos bien abiertos” ya que observan con mucho interés – y
preocupación – el joint venture de Sinopec con Repsol y donde
el primero ha intentado desde el inicio obtener el conocimiento tecnológico del
segundo en aguas profundas, hasta ahora sin éxito.[1]
Lo cierto es que este plan de
desarrollo moviliza 16 cadenas de valor, que abarcan aspectos de
enorme complejidad operativa, logística, informática, ingeniería, electrónica,
naval, defensa geología entre otras.
A esta altura cabría reflexionar
sobre cuáles han sido los avances en materia de complementación
productiva en el Mercosur, habida cuenta sobre todo en el caso
argentino que existiría un potencial para participar tanto en bienes y como en
servicios para las cadenas de valor del presal.
[1] Expresión de Alexandre
Szklo doctor por la COPPE-UFRJ. COPPE es el Instituto Alberto L. Coimbra de
posgrado e investigación en ingeniería, Universidad Federal de R. de Janeiro