Por pérdida de competitividad, más empresas no podrán capitalizar un
contexto global favorable
20/02/2013 Raúl Ochoa, profesor de la Universidad Nacional de
Tres de Febrero, traza una radiografía sobre las dificultades que está
atravesando el sector exportador
Por Raúl Ochoa (*)
Última
actualización: 21/02/2013 11:02:47 am
Para poder evaluar las
perspectivas del comercio exterior argentino para este año, conviene efectuar
un breve repaso del comercio internacional del 2012 a nivel global y de nuestro
propio desempeño para el mismo año.
De acuerdo a las estimaciones del FMI y de la EIU de la revista The Economist, el año 2012 arrojó un leve incremento del
volumen del comercio del 2,9 % a nivel global, básicamente debido al dinamismo asiático, dado que las economías desarrolladas continuaron con su escaso aporte.
Aún para las economías
asiáticas el impulso
externo perdió fuerza, por primera vez en los
últimos 15 años, el comercio chino creció por debajo del 10 % anual, esto
debido fundamentalmente a las menores compras europeas.
A pesar de ello y siguiendo un
proceso gradual y continuo, China ya supera a los Estados Unidos como
principal socio comercial en el total de intercambios a nivel mundial: sobre un
total de 200 países, China encabeza como principal cliente y/o proveedor en
124; hace 7 años la relación era
exactamente inversa.
La Argentina finalizó el año
con un menor
intercambio comercial, debido a disminuciones del 3,3
% y 7,3 % del valor de sus exportaciones e importaciones respectivamente, en
ambos casos se trataron de caídas de cantidades, ya que los precios promedio
crecieron 1,5 % y 1,9 % en ambos casos.
Si bien la merma de las
exportaciones se debe en gran medida a una menor cosecha oleaginosa, lo cierto
es que el análisis por sectores indica bajas en numerosos ítems, que estarían reflejando la progresiva
pérdida de competitividad tanto en productos de base
agrícola como industrial.
En efecto un rápido repaso
indica disminuciones en rubros tales como carnes, pesca, lácteos, frutas,
plásticos, manufacturas de caucho, cueros, celulosa y papel, manufacturas de
hierro y acero, textiles, aluminio, maquinaria y equipos y material de
transporte. Sólo obtuvieron aumentos significativos bebidas, minerales,
productos farmacéuticos y cereales.
El superávit alcanzado obedece,
de acuerdo a los datos arrojados por el INDEC, más que a los controles
implementados, a la
caída de la actividad económica reflejada
en la fuerte caída de bienes de capital del 17,9 % y de los bienes intermedios
- insumos para la industria - que disminuyeron un 2,8 %.
Lo que siguen siendo my
favorables son los términos de intercambio que en el promedio del año se
ubicaron en 148,7 (base 1993=100) cuando en el 2002 eran de 105 y el más alto
registro correspondió al último cuatrimestre del 2012 con 162,0 que es el mejor
desde el año 2009 y que arroja buenas perspectivas de su mantenimiento para
este año.
En el cuadro que sigue a
continuación correspondiente al intercambio comercial 2012, pueden observarse
varios aspectos de la actual estructura de nuestros principales socios a nivel
global y regional.
Existe una marcada concentración de nuestras
importaciones en pocos países relevantes: Brasil,
China, Estados Unidos, Alemania y México representan más del 60% del total
importado; en los cinco casos tenemos déficits comerciales significativos y en
realidad se disminuyó con el Brasil, pero se aumentó con los otros países
especialmente con China; en los cuatro casos prácticamente las importaciones
duplican a las exportaciones.
Daría la impresión que el problema pasa más porque
exportamos poco, ya que en los casos de
EE.UU., China y Alemania se trata de los principales importadores mundiales y
México es también un fuerte importador.
El otro fenómeno muy
interesante se refiere a los países sudamericanos y su poder de compra que ha
crecido significativamente en estos últimos años, reflejo de esto es que si
sumamos Chile, Venezuela, Colombia y Perú más los cuatro países más pequeños
Ecuador, Bolivia, Paraguay y Uruguay, tenemos un segundo Brasil en materia de
importaciones.
De hecho salvo Ecuador, el
resto de los países indicados - más Brasil obviamente - se encuentran en la
lista de los 27 países con los que tenemos más intercambio comercial.
En este sentido, será muy
importante observar el avance de Chile, Colombia y Perú en su
acuerdo comercial ampliado y cómo juega para nuestros intereses en la región.
Hay una pérdida relativa de participación con los países europeos del 16 %,
especialmente con Alemania, Italia y Francia.
Las perspectivas mundiales para el 2013 son algo mejores, con un crecimiento del volumen del comercio del 4,5 % y una levantada en el ritmo de crecimiento chino que volvería al 8,5 %; en la región se espera que Brasil crezca entre el 3,5/4 % anual y lentamente la UE iría superando su crisis aunque aún con recesión en la mayoría de los países.
Las perspectivas mundiales para el 2013 son algo mejores, con un crecimiento del volumen del comercio del 4,5 % y una levantada en el ritmo de crecimiento chino que volvería al 8,5 %; en la región se espera que Brasil crezca entre el 3,5/4 % anual y lentamente la UE iría superando su crisis aunque aún con recesión en la mayoría de los países.
Los otros países de la región
Colombia, Perú y Chile continuarían a buen ritmo, aspecto importante porque
conjuntamente con el Brasil el 55 % de nuestras exportaciones MOI tienen estos
destinos.
En otras palabras el contexto internacional es más
favorable, los precios de los commodities que
nos interesan seguirían sostenidos y la cosecha gruesa tiene buenas
perspectivas tanto en soja como en maíz; lo cual lleva a suponer que las cifras
de nuestras exportaciones puedan alcanzar los u$s88.000 M, unos u$s7.000 por
encima del 2012.
Este resultado si bien asegura
un saldo comercial superavitario holgado, oculta las crecientes dificultades
que están teniendo los exportadores de las
economías regionales y de muchos productos industriales y cuyo panorama seguirá
siendo problemático
habida cuenta la pérdida de
competitividad ya acumulada y la ausencia de políticas específicas para
aliviarlas.
El problema no es el tipo de
cambio solamente, sino que se siguen aplicando retenciones a la exportación a todo tipo de bienes, se adeudan muchos meses de reintegros y existen
atrasos considerables en la devolución del IVA, en un contexto inflacionario
interno que descoloca a muchas de nuestras producciones a la hora de competir
externamente.
No todo puede depender de la
cosecha de soja
(*) Raúl Ochoa es Profesor de la Universidad Nacional de Tres de Febrero
y consultor de empresas -Especial para iProfesional.com
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