Martes 27 de agosto de 2013 | Publicado
en edición impresa
Brics 2.0: siglas con peso propio
Comercio exterior
Tras haber funcionado como un gran lámpara las inversiones, el liderazgo
del acrónimo que reúne a Brasil, Rusia, India,China y Sudáfrica está bajo la
lupa
Hasta hace poco estaba de moda hablar del futuro del Brics (acrónimo que
identifica a Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica). Ahora, adivinar cuál
será la sigla sucesora. En 2001, Jim O'Neill, economista jefe de Goldman Sachs,
dio vida al término -originalmente fue BRIC- que reunía a países con grandes
poblaciones y territorios, ricos en recursos naturales y que, según las
proyecciones hacia 2030, podrían ser tan grandes como los del G-7 (Alemania,
Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón, Italia y Reino Unido).
En poco tiempo, la sigla cobró vida propia y se transformó en todo un
símbolo de la nueva realidad: el cambio de manos del poder económico y el
protagonismo de los emergentes en el mundo poscrisis. Pero el análisis de los
números concretos de los últimos años donde especialmente Rusia, Brasil y la
India no mostraron un desempeño tan exitoso como el pronosticado, y el más
reciente enfriamiento de China encendieron la luz de alarma y habilitaron una
suerte de lotería de potenciales nuevas siglas exitosas.
¿Es que esos números más la recuperación de Estados Unidos y Europa
significan que el protagonismo de los emergentes llegó a su fin? "La
desaceleración del crecimiento en Brasil, la India y China no significa que de
repente los mercados emergentes no son interesantes. El tema más importante es
el potencial de crecimiento a largo plazo, que es enorme. El Brics fue útil
para etiquetar una categoría que ahora es mucho más grande. Por caso, los
países del Consejo de Cooperación del Golfo [CCG] podrían ser tan importantes
como Rusia en una década. México, Nigeria, Turquía e Indonesia también son
mercados emergentes muy importantes", opina Parag Khanna, autor de How
to Run the World: Charting the Course to the Next Renaissance .
Roberto Bouzas, profesor de la Universidad de San Andrés, agrega que
todas las proyecciones a largo plazo apuntan a un aumento en el peso económico
de los llamados países emergentes. "No es una tendencia nueva, tiene
varias décadas: en 1980 el 66% de las exportaciones mundiales se originaba en
los países desarrollados, mientras que en 2011 esa proporción había caído al
53%. Del mismo modo, el comercio entre los países en desarrollo que en 1990
representaba el 8% del comercio global, en 2011 pasó a contribuir con un 24%.
Estas tendencias continuarán. Los analistas no deberíamos sufrir los mismos
síntomas de ciclotimia que la coyuntura", dice.
¿Estamos entonces frente al fracaso de lo que fue una muy buena
herramienta de marketing? Bouzas opina que el propósito de la creación de la
sigla fue llamar la atención sobre un grupo de países en desarrollo con
perspectivas de crecimiento rápido y valorización de sus activos financieros.
"El acrónimo logró con creces su propósito original y esto constituye sin
dudas un primer éxito. Pero el significado y las repercusiones del agrupamiento
fueron mucho más allá de ese propósito original, en lo que puede considerarse
su segundo éxito: haberse convertido en una marca internacional reconocida. Sin
embargo, la heterogeneidad de sus miembros es demasiado grande como para pasar
inadvertida. La institucionalización del agrupamiento es un intento por
capitalizar políticamente el impacto de la fórmula en la opinión pública en un
contexto de transición del sistema internacional. Su efectividad, sin embargo,
está por verse", dice.
El economista se refiere a las reuniones que el Brics mantuvo en los
últimos años (en marzo se hizo la quinta cumbre presidencial en Sudáfrica, y la
próxima, en 2014, será en Brasil). Los cinco países acordaron crear un Banco de
Desarrollo para mitigar las falencias de infraestructura que tienen debido a la
falta de financiamiento, según anunciaron.
Raúl Ochoa, docente
de la Untref, señala que el acrónimo logró llamar la atención sobre el cambio
de eje de la economía mundial y el papel creciente de los países emergentes,
aunque hace una salvedad. "En realidad, emergentes eran y son China, la India,
Brasil, y luego Sudáfrica, no así Rusia que en realidad es una antigua potencia
venida a menos, cuya fortaleza está basada en la producción de petróleo
-actualmente el mayor productor con 10 millones de barriles al día- y gas, cuya
provisión es todavía crucial para una parte sustancial de Europa, y cuya
política interna y externa no ha variado demasiado de lo que era la antigua
URSS."
Juan Tugores, especialista en economía internacional y ex rector de la
Universidad de Barcelona, destaca que el Brics tuvo en su momento un gran poder
descriptivo, pero "hoy perdió valor de referencia" porque no todos
sus miembros son iguales -Rusia es muy diferente de Brasil o de China-, y
porque "está apareciendo una segunda o una tercera generación de
emergentes con un papel tan o más destacado que algunas de las economías del
Brics".
En medio de las
diferencias, Brasil parece haber sido el principal beneficiado.
"Desde el
punto de vista internacional, quien más obtuvo por su participación en el Brics
es Brasil, ya que sobre todo en el mandato de Lula logró una visibilidad mayor
a su peso específico, que utilizó para posicionarse como interlocutor en África
y en menor medida en América del Sur y Central. También logró ser designado
socio estratégico de la UE y ser un país de consulta con Estados Unidos en
temas vinculados a la región. Por otra parte, luego de China, ha sido el
emergente que más IED ha recibido en la última década: US$ 60.000 millones
anuales en promedio", comenta Ochoa.
¿Qué fue lo que más le sirvió a Brasil en toda esta historia? Desde San
Pablo, Gustavo Segre, director de la consultora Center Group, responde:
"Aproximarse institucional y comercialmente a China y Rusia [un poco menos
a la India] y por sus lazos históricos, a Sudáfrica. China es uno de los
principales socios de Brasil, tanto en sus exportaciones como en sus
importaciones. Antes que pelearse o tener que proteger su industria de
productos chinos, optó por trabajar cerca y aliarse".
Más allá de las actuales dudas sobre el éxito del Brics, la aparición de
"otros emergentes" -y el innegable éxito de la sigla a la hora de
promocionar y captar inversiones- despertó una fiebre entre los bancos y
expertos para acuñar una nueva fórmula, y entre los países para
"colar" allí su inicial.
¿Cuál es el principal objetivo de estas siglas? "Son herramientas
para seleccionar economías del universo emergente. Tienen efectos positivos
sobre la difusión de información y el conocimiento de estos mercados. Además,
pueden encontrar traslación en productos financieros con los que apostar por
inversiones de alto rendimiento en una cartera diversificada. Pueden ser
también una referencia para la gestión estratégica de una empresa, priorizando
los mercados objetivo", explica Alicia García Herrero, economista jefe de
Mercados Emergentes, del BBVA Research.
El Servicio de Estudios del Grupo BBVA elaboró hace tres años su propia
selección del universo emergente: los Eagle ( Emerging and Growth Leading
Economies ). "El concepto se fundamenta en su carácter flexible y
dinámico porque no define a priori un grupo de países, sino que establece un
criterio transparente homogéneo de selección. Un país es Eagle [que inglés
significa ?águila'] cuando la variación del PBI en los próximos diez años es
superior a la de la media de los países del G-6 [G-7 menos los Estados Unidos].
Cada año revisamos esas previsiones y la lista de miembros puede modificarse,
como ocurrió en 2012 con la salida de Egipto del grupo. Además, contamos con
una lista de países «en espera», los Nest [Nido], que podrán formar parte de
los Eagle si son capaces de elevar de forma suficiente su crecimiento
potencial", explica.
Según la opinión de los expertos, más allá de algunos tropiezos, los
emergentes seguirán siendo los grandes protagonistas. Lo que por ahora resulta
complicado es asegurar quiénes formarán parte de ese elenco y qué países
ocuparán los roles principales.
Una sopa de letras
Los expertos agudizan el ingenio para dar vida a su propia sigla
- Brics El
acrónimo pionero nació en 2001Jim O'Neill, jefe de economistas de Goldman
Sachs, creó el acrónimo que originalmente reunía a Brasil, Rusia, la India
y China, y que más tarde sumó a Sudáfrica.
- Eagles. Una
creación del BBVA Research Agrupa a las economías cuya contribución al
producto bruto interno mundial en los próximos diez años se prevé que
superará el promedio de las economías del G-7, excluido EE.UU. En 2013:
China, la India, Indonesia, Brasil, Rusia, Corea, Turquía, México y
Taiwan.
- Nest Es
la "lista de espera" del BBVA ResearchSon economías emergentes
cuyo PBI incremental en los próximos diez años será inferior al promedio
del G-6, pero superior al del país de este grupo con la menor
contribución. Hoy figuran en esa nómina: Egipto, Nigeria, Tailandia,
Colombia, Vietnam, Malasia, Polonia, Bangladesh, Sudáfrica, Filipinas,
Perú, la Argentina, Paquistán y Chile.
- Civets El
autor es Robert Ward, CEO de EIUEl acrónimo creado por el equipo de
investigación de la revista The Economist reúne a Colombia, Indonesia,
Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica.
- Carbs
Acuñada por el CitigroupTraducida del inglés, significa carbohidratos. El
Citigroup dijo que Canadá, Australia, Rusia, Brasil y Sudáfrica deben
tener su propia sigla porque sus mercados y monedas son igualmente
sensibles a los cambios en los precios de las materias primas.
- Timbi
Obra de Jack A. GoldstoneEl profesor de política pública de la Universidad
George Mason e investigador de la Brookings Institution habla de un grupo
de economías emergentes dinámicas y democráticas: Turquía, la India,
México, Brasil e Indonesia.
No alcanza con
aportar una vocal
Ironía, dolor o análisis frío. Más allá de los sentimientos y estilos,
los expertos consultados consideran que la Argentina tiene pocas chances de
figurar en alguna de las tantas "siglas del futuro" en danza.
"Me gustaría poder incluirla, pero con la política económica que el
Gobierno eligió poner en práctica, el único grupo donde podría estar la
Argentina sería con Venezuela. Son los únicos con indicadores similares. Hasta
que no se mejore la seguridad jurídica y se permita la libertad comercial para
poder importar productos, ningún país serio aceptará que la Argentina pueda
vender sus productos (a pesar de la falta de competitividad) sin permitirles a
ellos exportar a la Argentina. ¡Qué pena no poder incluir a la Argentina para
tener alguna vocal!", dice desde Brasil Gustavo Segre, director de Center
Group.
Raúl Ochoa, por su
parte, sostiene: "La Argentina claramente es uno de los países emergentes,
con gran potencial y que, desafortunadamente, ha desperdiciado una nueva
oportunidad para superar lo que en la teoría del desarrollo se llama «la
insuperable valla de los países de ingresos medios» que no logran el salto
hacia ingresos altos propios de los desarrollados, enigma en que se debate
desde hace unos 60 años. En América del Sur el único que está cerca [de sumarse
a algún acrónimo] es otro emergente: Chile".
Roberto Bouzas, de la Universidad de San Andrés, opina: "La sigla
que más se asoció con la Argentina en las últimas décadas -por cierto bastante
desvalorizada- es el Mercosur. En mi opinión, un obstáculo grave para la
participación de la Argentina, aunque sea simbólica, en estos acrónimos es la
volatilidad de sus políticas. En ese contexto, es difícil convertirse en
miembro confiable de un club, cualquiera que sea éste. Los principales desafíos
de la Argentina en su accionar internacional son, paradójicamente,
domésticos".
Entre los numerosos acrónimos en danza, la Argentina sólo aparece en el
Nest de BBVA, una suerte de lista de espera..